viernes, 1 de junio de 2012

Historia de las ideas Políticas resúmenes Parte 49


En la asignatura de Historia de las Ideas Políticas del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED, algun@s compañer@s realizamos un trabajo coral; resúmenes del libro Ideas y Formas Políticas: Del triunfo del Absolutismo a la Posmodernidad, bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por tod@s.  Derechos reservados, sus autores.

José Rodrigo Crespo - Tema 1 El triunfo del absolutismo // Elisa Ruiz Rodríguez - Tema 2 De la Ilustración al Estado Liberal // Alejandro Gessé Ponce - Tema 3 Los fundamentos de la democracia: de Rosseau a la Revolución Francesa // María Hernando García - Tema 4 El idealismo // Tomás Javier Prieto González - Tema 5 Tradicionalismo y Conservadurismo // Mónica Platero - Tema 6 El pensamiento político norteamericano: de los Founding Fathers a la consolidación de la nación americana // Juan José Amate Ruiz - Tema 7 El liberalismo posrevolucionario // Víctor Riesgo Gómez - Tema 8 Utilitarismo y liberalismo en Inglaterra // Pedro Medina Charavía - Tema 9 Del socialismo utópico al anarquismo // Carla Torres Segura - Tema 10 El anarquismo // Antonio Jesús Acevedo Blanco - Tema 11 Karl Marx y el Marxismo // José Bargallo Roges - Tema 12 El nacionalismo en el siglo XXI // Julio Monteagudo Diz – Tema 13 Totalitarismo (I): Fascismo y Nacional-Socialismo // Inocencia González Fernández Tema 14 Totalitarismo (II): El Comunismo Marxista-Leninista // Eva Del Riego Eguiluz – Tema 15 Los Liberalismo de posguerra // Carolina Judith Rabazo Pérez - Tema 16 Políticas del posmodernismo



LA REVOLUCIÓN ¿EN RUSIA?

Engels
La revolución de octubre de 1917 no solo no encajo en el modelo de levantamiento proletario de Marx y Engels, previsto para una potencia industrial, sino que tuvo un carácter específicamente ruso: un país con apariencia de Imperio pero en realidad atrasado, con unas estructuras políticas y estatales rígidas, de espaldas a los movimientos liberales del resto de Europa, un país agrícola en el que pervivían un atraso feudal y una pobreza extrema. Su derrota en la guerra de Crimea (1853-56) obligó a algunas reformas como la abolición de la servidumbre, lo que posibilito la aparición de una mano de obra que tendría gran importancia en el desarrollo industrial posterior. La apertura política se evito por todos los medios, radicalizando más a los pequeños grupos de la oposición revolucionaria, especialmente a anarquistas y marxistas.
Con la industrialización comenzada en 1890, apareció de una clase industrial que reivindico las ideas liberales. De este modo, la revolución de 1905 enfrentó a la anticuada autocracia zarista con dos nuevos grupos: una clase media liberal y una clase trabajadora. 1905 fue la suma de un movimiento reivindicador impulsado por los valedores de las ideas liberales y de una revuelta obrera y campesina. Una serie de concesiones liberales, como la creación de un Parlamento (la Duma), tranquilizaron a la nueva clase urbana, y la formación del primer soviet de diputados de San Petersburgo relajo los ánimos en las clases mas desfavorecidas.
En febrero de 1917, la situación volvió a repetirse, pero acabando en la abdicación del zar. El frente fue doble: Un Gobierno Provisional de corte liberal acabó con el poder de la autocracia y se recupero el soviet de 1905. Regresaron numerosos revolucionarios , como Lenin, que se dedico a analizar la situación y preparar la definitiva revolución. En sus “Tesis de abril” definió los acontecimientos de febrero como una revolución burguesa que daría paso a una revolución socialista. En agosto, estudio y escribió las características de la futura estructura estatal postrevolucionaria. El triunfo de la revolución de octubre supuso la ruptura con el Gobierno liberal y el comienzo del Estado socialista. Un último obstáculo para el definitivo triunfo bolchevique fue la elección de la nueva Asamblea Constituyente en la que, pese a haber encabezado el proceso revolucionario, los seguidores de Lenin apenas consiguieron el 24% de los votos. Ante este contratiempo, Lenin disolvió por la fuerza la Asamblea, dejando expedito el camino al control del poder de los bolcheviques.

LENIN Y LA CONFORMACIÓN DEL MARXISMO-LENINISMO

Vladimir Lenin
La aportación de Lenin al marxismo fue completar las lagunas de Marx y Engels y trasladar a un escenario como el de Rusia los problemas de organización política que el partido podría encontrar. El marxismo-leninismo pondría así las bases del desarrollo de los sistemas políticos comunistas que surgieron durante el siglo XX y perviven en el XXI.
Lenin fue articulando poco a poco, mezclando teoría y acción, su aportación a la historia de las ideas (el marxismo-leninismo) y de las formas políticas (el comunismo). En “¿Qué hacer?” planteo algunas cuestiones fundamentales relacionadas con los objetivos, organización y estrategia de todo el partido revolucionario que pretendiera conseguir el triunfo, definiendo las características y táctica a seguir para llegar a la victoria revolucionaria, pero entendiendo la revolución como un objetivo a corto plazo y no como un horizonte difuso de lucha. Para ello es necesario establecer una estrategia bien organizada y guiada por el partido con mano firme. Al frente del partido, orientando la acción, un pequeño núcleo centralizado de auténticos revolucionarios profesionales y un periódico que organice colectivamente, difunda ideología y propague las actividades realizadas y por realizarse.
Otra aportación decisiva de Lenin fue completar la teoría marxista del Estado: el control del Estado era necesario no sólo para alcanzar el comunismo, sino a corto plazo para acabar con el enemigo. En el “Estado y la revolución” (1917) sentó las bases de lo que debía hacer el Estado tras la revolución: ser instrumento de represión que asegurara el proyecto revolucionario; mantener la organización social; modificar la estructura económica, social y política y preparar la llegada del socialismo y del comunismo.
Según Lenin la supresión del Estado proletario solo es posible por medio de un proceso de “extinción”. Lenin suponía que muchas de las funciones estatales se simplificarían, ya que es más sencillo el control de la minoría por parte de la mayoría. Las funciones de instituciones represivas (ejército, policía, justicia) podrían ser asumidas por otras formas de organización como los soviets (consejos). Lenin dejo clara la necesidad de hacerse con el control del Estado existente para permitir la transición al comunismo. El planteamiento teleológico de la cuestión, que convertía a los escritos de Marx en dogma de fe, evitaba el cuestionamiento de lo que ocurría en Rusia. Los hechos solo interesaban en tanto en cuanto encajaban en el modelo historicista que hacía inevitable el destino final comunista de la sociedad, pero sin aclarar cómo se llegaría a él.
Al referirse a la transición del capitalismo al comunismo, en la quinta parte de El Estado y la revolución, Lenin afirma que bajo el capitalismo hay un Estado en el sentido estricto de la palabra, una maquinaria para la represión de de la mayoría por la minoría; en la transición al comunismo la represión todavía es necesaria, pero ya es la represión de una minoría de explotadores por la mayoría de los explotados; la necesidad de esa maquinaria de represión comienza a desaparecer finalmente: en el comunismo no hay nadie a quien reprimir en el sentido de clase o de una lucha sistemática contra determinada parte de la población. Al suprimirse la explotación, la penuria y la miseria de las masas, los excesos en la infracción de las reglas de convivencia desaparecerán, aunque no sabemos con qué rapidez y gradación, y con ellos, se extinguirá también el Estado.
Lenin antepuso como primera labor la construcción del Estado socialista proletario, se aprobó la creación de la República Soviética Socialista Rusa y comenzó la elaboración de la constitución de junio de 1918 que establecería la dictadura del proletariado urbano y rural y del campesinado pobre como instrumento provisional para establecer progresivamente el socialismo. La articulación de la dictadura del proletariado la realizarían los soviets, institución que permitiría erigir un nuevo tipo de Estado en el que no habría diferencias entre gobernantes y gobernados. La fuente del poder eran los soviets, mientras que su ejercicio correspondía al Congreso de los soviets de Rusia y a  su Comité Ejecutivo Central.
La guerra civil que siguió a la revolución tuvo un gran coste material, humano y político para los bolcheviques. Una vez finalizada la guerra se procedió a organizar el sistema político bajo un principio federal, y se crea la URSS y la nueva constitución del 1924; pero, pese a estas reformas, se avanzo hacia mayores cotas de centralismo político al crearse el Presidium del Comité Ejecutivo Central cuyo presidente en la práctica ejercía de jefe de Estado. 

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