En este ensayo se propone
elaborar una aproximación al texto Modernidad Líquida de Zygmunt Bauman -Polonia, 1925-. Para ello se
desarrollará un análisis de esta obra a través de los cinco paradigmas que
ordena el autor en la solidificación de lo liquido: Emnancipación,
Individualidad, Espacio/Tiempo, Trabajo y Comunidad. Se realizará en constante
diálogo con otros autores, incluyendo mi propia argumentación sobre los asuntos
tratados, tal como se establece en las orientaciones que se encuentran en la
guía de estudio de la asignatura.
5.
Comunidad
Y
todo esto, todos estos cambios se dan ¿dónde? ¿en qué contexto general? ¿cuáles
son los escenarios en los que los cambios sociales se producen? La comunidad es
el ámbito donde todo sucede. Comunidades con creencias, orientaciones
políticas, prejuicios, supersticiones, falsas conciencias. El capitalismo
neoliberal es el que irrumpe y saca partido de las crisis de identidad
comunitaria. Y de la
individualización del ser humano nacen dos corrientes que penden del hilo de lo
aprendido: el nacionalismo y el patriotismo. Pese a la indefectible
circunstancia de la emancipación y la individualidad hombres y mujeres buscan
grupos a los que pertenecer, buscando en ellos la seguridad y estabilidad que
ninguna otra cosa en la actualidad puede ofrecerle. “La volatilidad de las
identidades, por así decirlo, es el desafío que deben enfrentar los residentes
de la modernidad líquida” (Bauman, 2012:189), sentencia casi al final de este
ensayo. Y a partir de aquí, y remitiéndose al paso del nomadismo al
sedentarismo, explica cómo las bases de la Nación también se han visto
afectadas en el imaginario popular, afectadas por ese miedo generalizado, por
esa falta del paraguas institucional y de las normas que protegían al “miembro
social”, y que se disolvieron al convertirse en un “miembro individual”.
El
Estado por lo tanto dejó atrás su faceta de protección directa, diríamos de
manto protector sobre el ciudadano. Ahora el Estado es un ente de conexión
entre los que gobiernan y los miembros sociales/individuales.
La unidad antigua se ha separado en la modernidad líquida. Volvemos a algo que
ya habíamos indicado más arriba: “(…) para las multinacionales -es decir las
empresas globales con intereses y lealtades dispersos y cambiantes-, el mundo
ideal es uno sin estados o al menos con estados pequeños y no grandes” (Bauman,
2012: 203) afirma este autor citando a Eric Hobsbawn, y añade que cada vez es
menos necesario “comprar gobiernos”, dejando entrever con esta afirmación que
son las multinacionales las que realmente gobiernan, en el contexto de la
deslocalización.
Los
ejemplos de guerra para delimitar condiciones culturales vinculadas a la nación
o patria son los epígrafes a este ensayo en el que se pone de manifiesto que en
este momento en el que la levedad, flexibilidad y volatilidad de los lazos es
tal que la generación de conflictos, de asesinatos a los diferentes, está
propiciada de tal manera que ayude a reforzar las diferencias de los grupos, de
una manera maquiavélica para establecer sociedades individuales reforzadas por
la inmediatez y la falta de valores, compasión, amistad, responsabilidad o
incluso amor. Bernard Crick propone:
“(…) una
clase de unidad que supone que la sociedad civilizada es
inherentemente
pluralista, que vivir juntos dentro de esa sociedad
implica
negociación y conciliación de intereses naturalmente diferentes,
y que
normalmente es mejor concililar diferentes intereses que
coercionarlos
y oprimirlos perpetuamente”.
(Bauman.
2012:188)
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