En
la asignatura Taller de investigación en
Ciencias Sociales del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la
UNED curso 2013/14, elaboré los siguientes resúmenes de los capítulos del libro
Cómo se hace un trabajo de investigación en sociología de Julio Alguacil Gómez,
editorial Catarata (2011) que forma parte de la bibliografía obligatoria de la
asignatura.
Capítulo 2. Metodología y
métodos en Sociología // Capítulo 4.
El diseño de la investigación: La formulación de hipótesis // Capítulo 6. Las fuentes de datos // Capítulo 8. La pluralidad de técnicas y de sujetos // Capítulo 10. Estructura y redacción
del trabajo de investigación
2.-¿A QUIÉNES SE APLICAN LOS DIFERENTES
TIPOS DE TÉCNICAS?
Las
técnicas se aplican siempre sobre el objeto de estudio, que en sociología es
siempre un sujeto investigado. La sociedad es plural y está conformada por
múltiples tipos de actores y pro grupos que reúnen a sujetos en función de que
posean atributos equivalentes. Así se puede entender que los diferentes tipos
de técnicas se pueden hacer corresponder con perfiles determinados de actores,
aplicándose en función de las características de los mismos.
Las
técnicas de análisis de redes sociales, han ganado protagonismo en unas
sociedades crecientemente complejas, segmentadas y fragmentadas. Catells
desarrolla la idea de que ya experimentamos una sociedad de redes, frente a la
sociedad de las organizaciones propia de la modernidad. Éste un análisis como
un método que despliega un conjunto de instrumentos para comprender las
conexiones que se producen en el mundo de los actores. Pero ¿qué es una red
social?
Desde
la antropología se define como un conjunto de puntos que se conectan entre sí a
través de líneas. Los puntos de la imagen son personas y/o grupos. Pero no hay
una sola red. Tendríamos una constelación de redes, Además estas redes son
multiformes, los hilos son de distinta longitud y grosor, y los nudos son de
distinto tamaño, densidad y composición.
Desde
la sociología denominamos red social al conjunto de actores y grupos de sujetos
conectados entre sí que configuran un espacio territorial o social
relativamente afianzado donde se establecen relaciones más o menos densas,
intensas y continuas que conforman un sistema de comunicación multidireccional.
Las relaciones son las interacciones directas o indirectas, flexibles e
infinitas que a través de las comunicación pueden establecer vínculos
recíprocos y retroactivos; relaciones que sostienen una sociedad y que permiten
el acceso a la satisfacción de las necesidades humanas.
En
una única red, o red simple, se identifican y se definen relaciones entre
elementos. En una multiplicidad de redes se definen las relaciones entre las
relaciones, difícilmente mensurables, sin dejar de representar una perspectiva
fundamental desde el análisis de la realidad social y desde la acción sobre la
realidad social. Este análisis no ha llevado desde las relaciones lineales que
definen actitudes individuales hasta las relaciones múltiples que definen
actitudes colectivas interdependientes. Estas son proclives a la consecución de
la acción social, conformando categorías de redes que en sus vínculos pueden contener
a la vez estrategias expresivas y estrategias instrumentales, y que en todo
caso no son no excluyentes entre sí ni exclusivas.
Todo
movimiento social se puede entender como un sistema de comunicación que, en
momentos de fuerte intensidad, provoca la acción colectiva, la movilización
social. Y en esta red, como en todas, se puede encontrar dos componentes
principales:
a)
Los nudos o
nodos de la red que pueden ser actores individuales o grupos de sujetos con
capacidad y oportunidad para ser focos emisores y receptores de información que
en determinados espacios de encuentro y confluencia, físicos o virtuales,
producen, recogen y crean información, opinión o valores
b)
Los vínculos,
que son los canales por donde fluye la información. Los nudos son mediadores en
una estructura en red: los vínculos, el medio por donde circula la información.
Las
redes se pueden clasificar de múltiples formas: según su grado de formalidad
contractual, según el tipo de vínculos que se establecen entre los miembros de
la red, según su grado de apertura o cerramiento, según su densidad, su
intensidad o su continuidad.
Podemos
clasificar las redes, en aquellas que tejen un tejido formal, entre
organizaciones, y en aquellas otras de orden primario que tejen un tejido
informal. Podemos establecer los perfiles de actores y sus características, de
cara a la aplicación de las técnicas de investigación social. Y nuestro foco de atención son los
nudos, los actores, sus capacidades y sus potencialidades. Estos ocupan
posiciones dentro de la red y desarrollan funciones, tienen pautas de
actividad, conductas y comportamientos. La disposición de sus posiciones nos
lleva a pensar en un tipo ideal de estructuras para identificar los perfiles de
actores, así como las técnicas que mejor se acoplan a sus características.
El
tejido formal se compone por todos aquellos actores o grupos de actores que
está sujetos a relaciones contractuales, normativizadas o reconocidas
legalmente. Así:
a)
Grupos
institucionales: con una racionalidad separada del tejido social formal,
protagonistas de la democracia formal y representan a todos aquellos sujetos y
conjunto de sujetos que tienen una responsabilidad política y gran capacidad de decisión. A los que
tienen capacidad de decisión en el ámbito del mercado y, también, cada vez más
frecuentemente, en el ámbito de la política. Grupos integrados en el primer
sector y segundo sector.
b)
Grupos
funcionales: aquellos sujetos que tienen una capacidad técnica y una ocupación
profesional y funcionarial que en ocasiones los sitúa en posiciones mediadoras
dentro de las estructuras, y entre los grupos institucionales y el tejido
asociativo formal.
c)
Grupos formales:
a las asociaciones y directivos de asociaciones que representan intereses de
sus asociados o del conjunto de la comunidad en un sentido amplio. De corte más
expresivo o instrumental de corto alcance o de gran alcance. Sujetos integrados
en el tercer sector.
Estos
tres perfiles están integrados en procedimientos de acción institucional o
social que muestran un nivel alto de conocimientos sobre el ámbito, estructura
y organización donde actúan. En función de ellos las técnicas a aplicar son:
·
Las entrevistas
en profundidad.
·
El análisis
estructural de textos
·
La técnica
Delphi
·
Los talleres
proyectivos
Estas
técnicas grupales ofrecen una enorme potencia al establecer una estrategia que
pone en relación las relaciones que se producen entre los diferentes perfiles.
Pueden motivar una construcción conjunta en alguna orientación o acción de
interés para la resolución del problema de investigación.
El
tejido social informal se compone por aquellos sujetos o grupos de actores que
no están sujetos a una formalidad contractual. Con las redes sociales de orden
primario y con los movimientos sociales:
a)
Grupos
animadores: que tienen un horizonte ideológico y/o de transformación social del
ámbito o sector en el que se sitúan. Su pretensión de organizar, estructural y
activar la comunidad precisa unos métodos adaptados al territorio y la conexión
con las redes sociales. Necesitan una metodología capaz de establecer una
estrategia relacional del tipo “pensar global, actual local” y “pensar local,
actuar global”. Grupos que tienen una dedicación y un activismo considerable.
Son los verdaderos motores del despliegue de los movimientos sociales, siempre
que tengan capacidad para conectar e incidir sobre la base social ciudadana y
articular redes de organizaciones del tercer sector. A este perfil se le
aplican las mismas técnicas que a las figuras que hemos situado en el tejido
formal.
b)
Sectores activos
informales: representan una categoría imprecisa y difusa como fundamental a la
hora de activar una comunidad, resultan imprescindibles para la implicación de
los ciudadanos en proyectos y procesos sociales. Sectores que viven la vida de
comunidad y reproducen cotidianamente pautas de conducta propias de cada lugar
presentando rasgos de liderazgo social, en ámbitos o sectores concretos. Gozan
de determinado prestigio y reconocimiento por su disposición, su personalidad,
su dedicación, su generosidad o su antigüedad. Por su capacidad de liderazgo.
Tiene un gran influjo sobre el círculo de personas en las que se integran como
mediadores sin saberlo. Líderes naturales de la comunidad, los que permiten la
incorporación de innovaciones culturales y promueven actitudes o
movilizaciones.
Es el perfil más adaptado a las técnicas grupales, al
grupo de discusión, pues reproducen los discursos de grupo, clase, cultura o
comunidad territorial. Dan juego en ámbito micro, pero presentan dificultades
para investigaciones macro. La conformación de un grupo precisa de incentivos
materiales que motiven la participación.
c)
Sectores
funcionalmente pro-activos: en la medida en que en nuestras sociedades,
aquejadas de una enorme segmentación, no siempre es fácil identificar y contactar
con los sectores activos. Y son funcionales porque pueden favorecer la acción a
través del hecho mediador de su función. Ocupan una situación en cierta medida
funcional, por su profesión u ocupación desarrollada en la comunidad o en la
organización. Posición privilegiada desde la perspectiva de la acción social y
de la articulación de las redes sociales. Se encuentran en contacto con un
círculo amplio de personas y son susceptibles de ser vinculados en los
proyectos y procesos de investigación. Se trata de una figura que tienen un
conocimiento no sistematizado sobre el contexto y el círculo de personas con
las que se relaciona en función de su actividad, siendo las técnicas más
adecuadas en su caso la entrevista en profundidad y los talleres proyectivos
d)
Base social:
somos todos. Es el conjunto de los ciudadanos, como elementos que se
relacionan, se comunican, interaccionan, experimentan la vida cotidiana y
potencialmente pueden incorporarse a la acción colectiva. El sujeto llamado a
impulsar la transformación como tal, que experimenta las necesidades imbricadas
en un territorio concreto donde se materializan. No concurren actitudes o
intenciones de superar sus condiciones de partida, en principio, si no se
reciben estímulos desde el interior de la comunidad. Esta base social puede
trocarse en base potencial si la articulación compleja de las redes establece
el nivel de comunicación y organización suficientes para superar estrategias
individuales o parciales y para recrear, en definitiva, sentimientos de
solidaridad, identidad y pertenencia a una comunidad.
Las estrategias de investigación de carácter
extensivo son las predominantes a la hora de estudiar las bases sociales, los
universos. Por ejemplo, las encuestas de opinión electoral y de intención de voto
en unas elecciones generales. La técnica más significativa es la encuesta, que
aplica una perspectiva objetiva-distributiva. Individualiza para luego agrupar
distribuyendo frecuencias. Desde el campo de las técnicas cualitativas la
técnica que mejor de ajusta a la base social es la historia de vida.
La base social en escalas pequeñas puede ser
incorporada a procesos de Investigación-Acción Participativa, en el ámbito
territorial u organizacional, siempre y cuando hay una apertura suficiente de
los vínculos de la herradura que gráficamente conforma la estructura de una red
social. Cuando los vínculos establecen una comunicación fluida y
multidireccional, y las figuras mediadoras pueden activarse a pleno rendimiento
y jugar eficazmente su rol mediador, estamos en un contexto de una enorme
cohesión social en donde el conjunto de actores que hemos desarrollado pueden
entrar en interacción sinérgica para que, al conocer la realidad conjuntamente,
puedan tener la posibilidad de construir reflexivamente.
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