¿Hacia una nueva conciencia de clase?
Se cristaliza una conciencia obrera en una naturaleza importante de indeterminación, ambigüedad y contradicciones. Donde los hechos determinan el debilitamiento de algunas formas de identificación obrera contiguas a las lecturas clásicas sobre la conciencia de clase y el conflicto antagónico, manifestándose la controversia de continuar hablando de una única conciencia obrera. Que en la pretensión intelectual de intentar identificar empíricamente la tipología de conciencia obrera, quizás nunca se conformó como tal, realmente, por lo que además tiene de <<olvido sociológico>>, sobre la práctica influencia de las alterables condiciones económicas y sociales.
Lo constatable es que en las sociedades más desarrolladas se han elaborado transformaciones significativas en la mentalidad y en la conciencia de los trabajadores. Esta crisis de conciencia obrera es un fenómeno que aún no puede ser estudiado en circunstancias históricas precisas, pues desconocemos la plasmación de algunos rasgos definitorios del ocaso del siglo XX, o serán consecuencia de determinadas condiciones circunstanciales, por lo que en el futuro tendrían que ser revisadas o puedan conformarse otras opuestas. Las transformaciones en el sistema económico, el resultado de la revolución tecnológica, asociados a la propia reorganización y crisis políticas, se constituye en un horizonte demasiado oscilante como para pronosticar el desarrollo de la dinámica social. Lo más procedente es pensar en la acentuación del decaimiento de la conciencia obrera en las próximas décadas como resultado de las transformaciones en el trabajo que acarrea la revolución tecnológica.
Las modificaciones económicas, tecnológicas y socio-políticas van a actuar ostensiblemente en la conciencia y en el reconocimiento de clase, y se ejecutarán en una manera difícil de traducir desde una óptica histórica. Los sistemas sociales salientes han empezado a provocar un nuevo modelo de conciencia social, difícilmente comparables con la obrera de las primeras fases de la revolución industrial, sin llegar a ser la de la vieja burguesía.
Esta crisis de conciencia obrera tradicional no se cristalizará en una vuelta a sistemas de identificación pretéritos, conformándose a nuevas manifestaciones de conciencia socio-políticas y de reconocimiento social y/o de clase, más encorsetadas a las coyunturas económicas, tecnológicas y socio-políticas.
Con todo esto, hay que atender a los nuevas expresiones, interconectando los datos de la realidad en sus recíprocas y complejas influencias. Exteriorizando la necesidad de teorías sobre las clases sociales, prestando atención al florecimiento de nuevos tipos de conciencia social y/o de clase, que no responden a viejos modelos de conciencia obrera, sino a la pluralidad de conciencia de los sectores ocupacionales de las complejas sociedades tecnológicas del siglo XXI. Sin contextualizar como problema nuclear la <<ideología>> de los trabajadores, sino con el poder y el peso predominante de las organizaciones representativas.
Resumen de epígrafe de La sociedad dividida de José Félix Tezanos
La imagen que encabeza esta entrada es Las espigadoras (1857) de Millet
esta muy biien jajaja saludos
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