La dinámica de la exclusión
En la terminología sociológica el concepto exclusión social se utiliza en representación de los grupos sociales distintos, limitado a todos aquellos con dificultades u obstáculos en la incorporación a la sociedad, como cualquier otro ciudadano <<normal>>.
René Lenoir |
El Secretario de Estado de Acción Social en el gobierno de Chirac, René Lenoir (1927), incluyó a los minusválidos –físicos y mentales-, personas tendentes al suicidio, ancianos inválidos, toxicómanos, delincuentes, entre otros inadaptados sociales. Un criterio semejante a la tradición anglosajona, en los primigenios análisis realizados sobre las infraclases, aunque con matizaciones en las variables étnicas y raciales.
Pasado el tiempo, la atención se centra actualmente en una cantidad mayor de categorías y sectores sociales, atendiendo a las realidades de privaciones encaminadas al desempleo, las nuevas formas de trabajo precario, eventuales y poca retribución, y en toda la esfera de la crisis del trabajo.
En el interés de las políticas sociales en la difusión del enunciado exclusión social ha favorecido un interés en concederle una mayor concreción. Son coincidentes las voces que apuntan a definir el fenómeno como estructural –no casual o singular-, en pleno acrecentamiento, con una fisonomía multidimensional, en correspondencia a los individuos y grupos en situación de rechazo. La exclusión social precipita la difusión de sensaciones de <<vulnerabilidad social>>, <<apartamiento>> o <<pérdida de sentido de pertenencia social>>. Se entiende pues como un <<concepto dinámico>> mucho más extenso que la pobreza, determinando hacia la <<negación de los derechos sociales>> y <<oportunidades vitales elementales>>. Estando los estudios en la actualidad expresados en dos bloques:
· Los análisis descriptivos, pretendiendo solucionar algunas de las cuestiones acuciantes, suministrando datos estadísticos, para intentar paliar las alarmas sociales.
· Los análisis estructurales, que escudriñan en el desarrollo de las transformaciones estructurales, fijando su atención en los procesos globales, para pronosticar y motivar las reformas necesarias.
Las transformaciones de los procesos de producción con los nuevos modelos de organización económica, las tendencias políticas orientadas al neoliberalismo y la propensión a la violencia y malestar social, manifiesta la importancia de la problemática de la exclusión social, que nos lleva a prever una transformación en la sociedad, que muestran nuevo sistemas de dualización y estratificación social.
Las nuevas expresiones de paro estructural perjudican a los grupos menos integrados, por lo que proporciona unas manifestaciones diferentes a la <<cuestión social>>. El trabajo es el elemento básico para asentarse en la sociedad, una pieza para la integración social, que ofrece un modo de vida y unos ingresos, además siendo la emergencia actual, la de proveer de la inserción social para los que no tiene trabajo. Una crisis que amplia el número de personas <<subordinadas>> al sistema y procedimiento extraordinario de <<inserción laboral>>. Exteriorizando la paradoja sobre las personas <<válidas que son invalidadas por las circunstancias>> - los nuevos excluidos-.
Resumen de epígrafe de La sociedad dividida de José Félix Tezanos
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