La conciencia obrera y la polémica sobre el aburguesamiento
Ralf Dahrendorf |
Las transformaciones en las estructuras de clase, en las condiciones de vida y de trabajo industrial y las nuevas directrices políticas en los países industrializados tras la segunda guerra mundial significaron que algunos analistas sociales razonaran sobre una tendencia al aburguesamiento de la clase trabajadora. En un momento de cierta confusión sobre su exacta definición, de perspectivas y una tendencia a solapar los hechos <<probados>> con hipótesis osadas y futuristas. Dando lugar a una gran cantidad de teorías alternativas con una raíz metodológica e ideológica diferenciada, apoyadas en contextos sociológicos dispares. Como sobre si las sociedades capitalistas industrializadas se conformarán en una revolución proletaria. Tras la experiencia rusa y en paralelo a una etapa de crisis económica, se presentó un periodo de grandes posibilidades de las revoluciones proletarias, y la importancia que podrían llegar a tener en esto las clases medias.
Después de la segunda guerra mundial el desarrollo económico y las nuevas condiciones políticas y sociales ocasionaron un entorno favorable para el surgimiento de teorías refutando la vigencia de las tesis marxistas tradicionales. Un tiempo de proyección de las orientaciones funcionalistas, con lecturas en oposición sobre la estratificación social, y donde Dahrendorf expuso su institucionalización del conflicto de bases, con los ideólogos del industrialismo apostando por el decaimiento del poder de los sindicatos. Y además Daniel Bell manifestó la debilidad de la captación de las tesis izquierdistas y las contestatarias al sistema, y los teóricos del <<aburguesamiento>> afirmando la adopción de mentalidades de clase media por parte de los nuevos obreros de las sociedades adineradas.
Nico Poulantzas |
En el comienzo de un nuevo giro económico y por los problemas acaecidos tras la crisis del petróleo de 1973 se originaron nuevas teorías como la de Mallet <<nueva clase obrera>>. Y paralelamente desde la óptica marxista se contextualizó en nuevas <<relecturas>> de las teorías marxistas de las clases, como la realizada por Poulantzas, y en coexistencia otros tantos autores dentro de la ortodoxia marxista de los partidos comunistas, algunos evolucionando en actitudes discrepantes y revisionista, polemizando sobre el carácter revolucionario de la clase obrera. Para situarse en las últimas décadas del siglo XX bajo las crisis económicas que influyeron en planteamientos hacia un mayor conservadurismo y pesimismo histórico.
Transformaciones con alcance político y académico; hasta la década de los sesenta tuvieron trascendencia las ideas de la erosión de la <<conciencia de la clase obrera>> o sea el agotamiento contestatario de los grupos políticos radicales causado por la difusión de las pautas de la sociedad de consumo, a la pérdida de intensidad del conflicto de clases, o al <<conservadurismo>> de la tradicional clase obrera.
Rymond Aron |
En esta amalgama de reflexiones de la clase obrera en el ocaso del siglo XX, emergieron interpretaciones con sólidos componentes futurista, sin apoyo empírico verificado como las <<teorías>> sobre el relevo de la clase obrera como el notable elemento revolucionario, de Marcuse o la del fin de las ideologías, de D. Bell. También se manifestaron las teorías e interpretaciones imbricadas en la línea del debate sobre el vigor de las teoría marxista de las clases desde las explicaciones de Dahrendorf o Mallet, o, desde otra esfera, como la de Ossowski, Lenski, Aron, Poulanstzas, etc.
Cohabitaron otras teorías más específicas como las del <<aburguesamiento de la clase obrera>> ordenadas a analizar el modo en que se tiene a modificar la conciencia obrera, o aquellas que desde planteamientos más proclives a basar sus estudios en datos empíricos de la realidad, en los cambios producidos en las estructuras ocupacionales de las sociedades más desarrolladas en dos dimensiones diferenciadas; la primera en el desarrollo de la distribución de la población activa ocupada en los diferentes sectores de producción y la segunda, las tendencias a una mayor cualificación de los trabajadores industriales, en una progresiva estratificación interna en la misma clase obrera.
Las teorías sobre el aburguesamiento, han permanecido atrapadas por las contradicciones tácitas en la terminología que utilizan, sin olvidarnos que algunas de éstas no han sido sustentadas en datos empíricos. Basando sus planteamientos fundamentalmente en el plano político, donde se inclina a su utilización como materia para la <<racionalización>> de ciertas estrategias, por ejemplo de por qué los partidos socialistas europeos se han ido moderando progresivamente, entretanto los comunistas se han difuminado de sus ideas revolucionarias y su propia contextualización interna.
En este debate se conforman al menos tres rasgos divergentes:
· Las transformaciones en la estructura ocupacional y sus efectos en los antagonismos de clases.
· Los cambios en la ideología, los comportamientos y las expectativas de los trabajadores de las sociedades más desarrolladas.
· La reforma en los sistemas de partidos políticos, fundamentalmente en los de izquierdas.
Carlos Marx |
Por lo tanto, en este escenario, se constituye que no todos los trabajadores fueron desde el inicio de la revolución industrial tan revolucionarios como algunos pensaban, ni tuvieron una conciencia de clase tan definida, ni tan incontaminados por las ideologías burguesas, pues ha habido siempre trabajadores decididos a respaldar los partidos de derechas. Marx y Engels no fueron indiferentes a las influencias de las ideologías y hábitos burgueses en el movimiento proletariado, como manifestaron en su distinción <<clase para sí>> y <<clase en sí>>, un argumento que utilizaron para desacreditar a sus contrarios en el terreno socialista.
John Goldthorpe |
Con lo cual, las tendencias hacia un <<aburguesamiento>>, o un <<conservadurismo>> no puede ser constatado como eventos recientes, donde este fenómeno presenta rasgos claramente singulares, donde los elementos ideológicos heredados del pasado se completa con disposiciones ideológicas que no se sustentan en las raíces históricas, sino trabadas con las nuevas particularidades sociales y económicas, por tanto forman parte de las nuevas circunstancias estructurales de la sociedades tecnológicamente avanzadas.
Se establecen desde la teoría sobre el aburguesamiento y desde los planteamientos de Lockwood y Goldthorpe tres líneas:
· Trabajadores y sus familias situados en las posiciones más bajas de las clases medias, conforme a sus ingresos y posesiones.
· Trabajadores que obtienen nuevas perspectivas sociales y normas de conducta más cercanas a las clases medias que las obreras.
· Trabajadores manuales que son aceptados en términos de igualdad social, en la interacción social formal, como la informal, por los que conforman la clase media.
La tendencia que se está verificando es la del debilitamiento de los rasgos culturales e ideológicos inherentes de la clase obrera, como su validez en las organizaciones que las defendieron ante las posturas insolidarias y egoístas del orden burgués. En los cambios acontecidos en las <<nuevas clases medias>> han de ser consideradas equivalente a las también producidas entre las nuevas clases obreras y no tomar a las clase medias como un grupo homogéneo, indiferenciado, aislado y estático.
Resumen epígrafe de La sociedad dividida de José Félix Tezanos
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