martes, 2 de noviembre de 2010

Comentario texto Ulrich Beck, La individualización. Texto original


Para finalizar y al hilo de mi entrada del pasado sábado 30 de octubre, este es el texto de Ulrich Beck y M. Beck, del libro La individualización. El individualismo institucionalizado y sus consecuencias sociales y políticas, Barcelona, Paidos, 2002, pág. 95 y siguientes, de donde trabajé mi comentario personal según instrucciones del equipo docente:

“La extensión del trabajo debe ser un texto de entre 500 y 1000 palabras.
Debe indicarse en él: El tema de referencia, explicar los argumentos del autor y exponer argumentos propios a favor o en contra de las proposiciones realizadas por el autor sobre la cuestión tratada”.

Recuerdo una vez más, que este trabajo era el indicado para el curso pasado, pero como estuvo colgado en la guía de la asignatura los primeros días del curso Introducción a la Sociología I en la plataforma ALF de la UNED en Grado de Sociología, lo hice. Ahora me he encontrado que lo han cambiado, por un texto de José Félix Tezanos.

“Hacia una sociedad de empleados individualizada”

Ulrich Beck
Sin duda abundan los intentos por desarrollar nuevos agrupamientos sociales, pero, por muy fuertes que sean las convulsiones producidas por éstos, se caracterizan invariablemente por el hecho de estar también expuestos a un ímpetu individualizador constantemente renovado. El barco de laindividualización navega a toda vela y no está nada claro cómo se podrá crear una nueva y duradera disposición social, comparable a las clases sociales en cuanto a la profundidad de su penetración. Por el contrario, en un futuro inmediato, es muy probable que, para hacer frente al desempleo y a las crisis económicas, aparezcan unas innovaciones sociales y tecnológicas que den una nueva oportunidad a los procesos de individualización, en particular con respecto a una mayor flexibilidad en las relaciones del mercado laboral y a las nuevas regulaciones sobre el horario laboral. Pero esto se puede aplicar también a las nuevas formas de comunicación. Estas revoluciones tecnológicas y sociales, que o bien están por venir o bien ya están en pleno funcionamiento, desencadenarán una fuerte individualización en los estilos de vida.
Si esta valoración es correcta, ganará en importancia una variante de la estructura social que no previeron ni Marx ni Weber. La sociedad de clases resultará casi irrelevante al lado de una sociedad de empleados individualizada. Tanto los rasgos característicos como los peligros de dicha sociedad están resultando cada vez más evidentes. En contraste con la sociedad de clases, que se define esencialmente en términos de tradición y cultura, una sociedad de empleados debe definirse en términos de ley laboral y de categorías sociopolíticas. El resultado es una fase especial de transición, en la que unas desigualdades persistentes o intensificadoras coinciden con elementos de una sociedad posclasista individualizada que ya no es tradicional (y que no tiene ningún parecido con la visión marxiana de una sociedad sin clases). Esta sociedad transicional se distingue por una serie de estructuras y de cambios característicos.
En primer lugar, los procesos de individualización privan a las distinciones de clase de su identidad social. Los grupos sociales pierden sus rasgos distintivos, tanto en términos de autocomprensión como en relación con otros grupos. También pierden sus identidades independientes y la probabilidad de convertirse en una fuerza política formadora...
En segundo lugar, las desigualdades no desaparecen, ni mucho menos. Simplemente, se redefinen en términos de individualización de los riesgos sociales. El resultado es que los problemas sociales se perciben cada vez más como disposiciones psicológicas: como inadecuaciones personales, sentimientos de culpa, ansiedades, conflictos y neurosis...
En tercer lugar, a la hora de hacer frente a los problemas sociales, la gente se ve obligada a establecer alianzas políticas y sociales. Sin embargo, éstas no tienen porqué seguir un único paradigma, como, por ejemplo, el modelo clasista. El aislamiento de las vidas privatizadas, protegidas contra todas las demás vidas privatizadas, puede quedar en agua de borrajas como consecuencia de acontecimientos sociales y políticos y de fenómenos de índole más heterogénea. Por ejemplo, se hacen y deshacen coaliciones temporales entre diferentes grupos y diferentes campos según la cuestión concreta que se dirima en cada situación particular...
En cuarto lugar, los conflictos permanentes tienden a surgir paralelamente a las características adscritas, que ahora se relacionan más que nunca con la discriminación. La raza, el color de la piel, el género, la etnicidad, la edad, la homosexualidad, la incapacidad física: éstas son las principales características adscritas. En las condiciones de la individualización avanzada, tales desigualdades sociales cuasinaturales propician el desarrollo de unos efectos de organización completamente específicos. Éstos tratan de ganar musculatura política centrándose en la ineluctabilidad y permanencia de dichas
desigualdades, así como en su incompatibilidad con el principio del éxito, en su tangibilidad y en el hecho de que – como resultado de su visibilidad directa – hacen posible procesos de identificación sociales e individuales. Al mismo tiempo, el destino individual aparece determinado cada vez más por las tendencias económicas y por la necesidad histórica, por así decir; por ejemplo, por las crisis o booms económicos, el numerus clausus en las universidades y profesiones, el número de cada vez mayor de los pertenecientes a un grupo de edad y así sucesivamente.

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