En la
asignatura de Psicología Social (Sociología/Antropología) del segundo
cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED, algun@s compañer@s realizamos
un trabajo coral; resúmenes del libro Introducción
a la Psicología Social de Gaviria Stewart, Elena et alia, bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer
el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por tod@s. Derechos reservados,
sus autores.
Tema 1 (Capítulo 1) ¿Qué
es la Psicología Social? Jon Zubia
Hurtado// Tema 2 (Capítulo 5) Actitudes
– Mª Carmen Rego Martínez // Tema 3
(Capítulo 6) Influencia, persuasión y cambio de actitudes José Bargallo
Rofes // Tema 4 (Capítulo 8) Conducta
de ayuda Jesús Ángel González Dela Osa // Tema
5 (Capítulo 9) Contribuciones de la Psicología Social al estudio de la
agresión Mónica Platero Angulo // Tema 6 (Capítulo 10) Estereotipos – Víctor
Riesgo Gómez // Tema 7 (Capítulo 11)
El estudio psicosocial del prejuicio Julio Monteagudo Diz // Tema
8 (Capítulo 13) Procesos grupales y relacionales intergrupales Tomás Javier Prieto González // Tema 9 (Capítulo 14) Aplicaciones de la
Psicología Social Jesús Ángel
González Dela Osa
1º.
INTRODUCCIÓN
Diferentes organismos internacionales señalan
la mayor preparación de sociedades actuales para lograr el éxito en la
promoción de culturas no violentas y siguen una línea en la que las relaciones
se basen en la paz y la cooperación. La ONU en su Programa de Acción para la
Cultura de la paz dice que la paz no es sólo ausencia de conflicto, requiere un
proceso positivo de participación, donde el diálogo sea alentado y los
conflictos sean resueltos en el espíritu de comprensión mutua y cooperación.
La Psicología Social proporciona la evidencia
científica que confirma que los factores sociales y culturales son
determinantes en los comportamientos.
En las últimas décadas las investigaciones de
manifestaciones agresivas en los más variados contextos han revelado procesos y
mecanismos comunes de la agresión que permiten una caracterización general del
fenómeno.
Diferentes contextos proporcionan
peculiaridades en agentes, factores y consecuencias, personales o colectivas,
que prolongan el proceso de agresión. Desde una perspectiva aplicada, los
factores sociales son parte esencial en la prevención y desarrollo de
soluciones no violentas.
La P.S. proporciona teorías y explicaciones
de los comportamientos agresivos, aportaciones teóricas y empíricas.
2º.
LA AGRESIÓN. ALGUNAS CUESTIONES CONCEPTUALES.
Definición de Baron y Richardson (1994):
Se entiende por agresión cualquier forma de
conducta dirigida a dañar o injuriar a otro se vivo que está motivado a evitar
tal trato.
Con esta definición se pretende:
· Excluir las conductas que pueden causar daño pero que se realizan sin
esa intención. (Niños jugando, grandotes a pequeños xej)
· Incluir conductas con intención de provocar daño pero que fracasen su
objetivo. (Intento frustrado de difamar xej)
La intención de hacer daño es el elemento
central de la definición de los comportamientos agresivos.
Las investigaciones sugieren diferenciar dos
tipos de agresiones en función de las dos metas más comunes:
®
Agresión
afectiva u hostil: Acciones cuyo fin
último es provocar daño. Se considera impulsiva, dirigida por la ira y sin que
previamente se hayan anticipado consecuencias más allá de la propia venganza.
Es más irracional que la instrumental. Un ejemplo típico es un asesinato por
deseo de venganza, que nace en una disputa sin resolver, el deseo de producir
daño desencadena el desenlace violento.
®
Agresión
instrumental: La más frecuente, el
daño, o amenaza de daño es el medio para conseguir otro fin. Su característica
central es que se realiza tras anticipar consecuencias reforzantes o para
evitar castigos. No precisa de estímulos instigadores previos, se considera
deliberada, racional y no guiada por la ira. Un ejemplo de esta violencia
serían unos ladrones a los que la víctima no se resiste pero aún así actúan con
extrema violencia, la violencia es instrumental, el objetivo es atemorizar a
futuras víctimas, para actuar con más impunidad en futuros atracos.
La distinción entre estas dos agresiones se
basa en motivaciones diferentes y sugiere diferencias en consecuencias y
antecedentes. En la vida cotidiana es frecuente que respondan a motivaciones
mixtas.
Diferentes parámetros por los que se puede
caracterizar la agresión: modalidad de respuesta (verbal-física), visibilidad
(abierta-encubierta), tipo de daño (físico-psicológico), frecuencia
(puntual-repetida), duración de sus consecuencias (transitorias-duraderas),
agentes (individual-interpersonal-grupos/colectivos).
Término estrechamente vinculado a agresión:
violencia, concepto referido a formas extremas de agresión física. (Geen,
1995): Consiste en infligir fuerza intensa a seres vivos o propiedades con el
propósito de destruirlos, castigarlos o controlarlos. Es por tanto un concepto
más restringido que el de agresión y debe entenderse como un subtipo de
agresión.
3º.
SUPUESTOS BÁSICOS DEL ANÁLISIS PSICOSOCIAL DE LA AGRESIÓN.
La P.S. parte de dos supuestos básicos en su estudio de la conducta agresiva:
1. Es un
comportamiento normal, carácter innato.
Forma parte del repertorio de conductas
habituales de las personas. Valor adaptativo para individuo y especie. Las tres
perspectivas predominantes en su estudio son la Psicología Evolucionista, la
Etología y la Sociobiología. Estas teorías proponen que los mecanismos innatos
que participan en el proceso de agresión se asocian a emociones relevantes para
la supervivencia.
Las teorías del impulso y las teorías biológicas
de la agresión incorporan en sus explicaciones los mecanismos
motivacionales subyacentes a estos comportamientos. El primer tipo de teorías
señala el motivo de hacer daño,
y el segundo el motivo de satisfacción
inmediata. Por tanto, ambas difieren en el tipo de motivación concreta.
Además, se diferencian en los factores que provocan estos estados
motivacionales. Las teorías del impulso consideran que la motivación es una
reacción a eventos del entorno (que provocan frustración, dolor xej), las
biológicas relacionan la motivación con los procesos de activación-inhibición
asociados respectivamente a la acción de la dopamina (necesidad de satisfacción
urgente), y la serotonina (inhibe la conducta). Otras teorías desde perspectiva
biológica no se han podido corroborar en experiencia empírica: niveles
testosterona en sangre (relacionados con mayor agresividad masculina) han
demostrado efectos en irritabilidad y cólera pero no en conducta agresiva.
Las contribuciones realizadas desde la perspectiva evolutiva ofrecen una
panorámica de la normalidad del comportamiento agresivo. Las diferentes
manifestaciones y conductas están estrechamente unidas al desarrollo evolutivo.
La teoría de la madurez bio-social de la agresión se deriva de estos estudios. Cuadro 9.1
2. La cultura
regula el uso de la agresión en las relaciones interpersonales y sociales, regulación cultural de sus
manifestaciones.
Por otro lado, el segundo supuesto afirma que
la cultura regula el uso de la agresión en las relaciones interpersonales y
sociales. Se plantea así que los mecanismos innatos relacionados con la
agresión están modulados por la cultura: la violencia se transmite
culturalmente, de generación en generación, y lo hace tanto de forma activa
como pasiva, dotándola de significados, promocionando que sea más o menos
frecuente y que predominen unas formas concretas de agresión sobre otras;
también modulará las condiciones para su ejercicio y la elaboración de
expectativas sobre sus consecuencias. Meta-análisis de Rohner, con 130 estudios
en 101 sociedades, la cultura fue el predictor más importante de la cultura agresiva.
Otros estudios revelan que mismos comportamientos en diferentes países no
tienen las mismas connotaciones, por ejemplo la ironía se considera mucho más
dañina en Japón que en España o comparados con países del norte de Europa en
España se reacciona con mayor intensidad a las amenazas al honor familiar.
Hay que destacar que, dentro de cada sociedad, la cultura no
es completamente homogénea sino que coexisten distintos códigos o normas de
violencia, compartir un marco general de normas, valores y actitudes no es
incompatible con la existencia de subculturas más proclives a la violencia. Cuadro 9.2
Considerados conjuntamente estos dos
supuestos, lo innato y lo cultural, se comprende que la evolución y el
desarrollo de las civilizaciones no hayan provocado en ningún caso la extinción
de este tipo de conductas, sino una transformación de sus significados y
manifestaciones. En concreto, se ha ido progresando cada vez más hacia un
rechazo de la agresión y la violencia en las relaciones interpersonales y colectivas,
al tiempo que se ha delegado en las instituciones el control de los procesos de
violencia y los instrumentos disponibles para tal fin.
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