domingo, 10 de febrero de 2013

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 50


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, el compañero Víctor Riesgo Gómez y yo, realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tomás Javier Prieto González:
Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada // Tema 4 De la desviación y de la diversidad // Tema 6 Sociología de la diversidad //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias

Víctor Riesgo Gómez:
Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología

EL TRANSGÉNERO EN LAS SOCIEDADES POLINESIAS

Al iniciarse el SXX, uno de los rasgos de interés que caracteriza las preocupaciones del pensamiento antropológico es el debate en torno a la prevalencia de la invención o de la difusión en sociedad. Es la que se refiere a la capacidad inventiva o difusora de las sociedades. ¿Qué prevalece en sociedad, la autonomía de la invención o la dependencia de la difusión?

El evolucionismo nos dice que la organización social responde en mayor medida a pautas de invención independiente de autonomía cultural diferenciada, que a préstamos culturales. La antropología de signo difusionista defiende la relación que se establece entre sociedades dadoras y sociedades receptoras culturales. Cabe preguntarse por el origen y el lugar en que surge el proceso de cesión-absorción o de dación-recepción cultural. Porque la primera cesión o dación tuvo que surgir necesariamente de un acto innovador. La innovación primigenia precede a la cesión/dación. El dilema lo “resuelve” una vertiente extrema del difusionismo, el hiperdifusionismo, afirmando que la cultura innovadora afinca sus raíces en el antiguo Egipto.

En Egipto se inicia el orden histórico de determinación del factor cultural cualquiera que sea el mismo. La distribución prestamista cultural, una vez producida la “gran explosión innovadora”, se difunde y expande. No todos los antropólogos contemplan por igual la expansión difusionista. Boas. Boas y el denominado particularismo histórico, se caracteriza:

1.    Por resolver el antagonismo de opuestos evolución-difusión o de autonomía-dependencia cultural de una manera sincrética. Aunque se decanta a favor del préstamo, la distribución y la difusión cultura, no se desentiende de la invención, no descarta que esta ocupe un nicho social, concretamente identificado, y que, además, al desarrollarse con el tiempo, termine afectando a la organización de la sociedad.
2.    Boas y los defensores del particularismo histórico no aceptan el posicionamiento evolucionista explicativo de Morgan: la llamada evolución unilineal. Los boasianos contrargumentaban al evolucionismo, afirmando que un mismo rasgo cultural podía tener diferentes interpretaciones culturales. El particularismo histórico sociocultural se oponía al evolucionismo etápico lineal. Ante un mismo rasgo cultural, el particularismo histórico, dependiendo de cada sociedad, ofrecía diferentes interpretaciones.
3.    Los préstamos culturales, en la interpretación cultural boasiana, se sintetizaban por medio de a diferenciación del rasgo, con relación a otros muchos posibles. Se seleccionaba e identificaba un rasgo cultural que, en su unidad diferenciadora, se constituía en base de partida y objeto de análisis. Para después envolver ese mismo rasgo, a modo de pauta de acompañamiento, con otros rasgos que le dieran sentido. Analizaban la expansión y distribución de los rasgos culturales con sentido definido, en áreas, zonas o espacios geográficos concretos. Estableciendo, de hecho, áreas geográficas de influencia.
La identificación del rasgo cultural (el arco y la flechas); la función o, lo que es lo mismo, la conducta que facilita la consecución del objetivo a cumplir (la caza); y la cesión-absorción o dación-recepción del rasgo cultural original pueden modificarse en el itinerario expansivo. Utilizando materiales distintos para la confección de arcos y flechas, por ejemplo, diseñando unos y otras con formas diferentes, introduciendo nuevas estrategias y tácticas para abatir a los animales o celebrando, en la sociedad receptora, el comensalismo de las piezas cobradas con un ritual diferenciado del que realiza la sociedad dadora.

La figura del mahu polinesio se puede incorporar al conjunto de rasgos sociosexuales que definen y, a veces, distingue a Polinesia de otras áreas geográficas y culturales. Y tradicionalmente formó parte de la visión eurocéntrica de los “otros”. Se contempla e interpreta a través de la mirada europea. Se impone el criterio, con proyección universal, de los europeos. Y cualquier proyección sociocultural de intenciones universalizantes se caracteriza, idealmente, por una doble significación: incluir/excluir. Anverso y reverso. Por un lado, se absorbe a la cultura que se considera inferior, para encuadrarla dentro del marco cultural (y “superior”9 de la sociedad absorbente. Por otro, ese mismo quehacer implica excluir, esto es, no incorporar “algo” en la absorción; eliminando de raíz aquellos rasgos de la cultura “inferior” que no se ajustan a los patrones culturales propios de la sociedad/cultura que absorbe.

Sin tener en cuenta el contexto social donde residía, se equiparó al mahu con el sodomita europeo. Cuando a finales del SXVIII se produjo el encuentro de las dos culturas, la europea y la polinesia, la sodomía era duramente perseguida en Europa. El mahu fue insertado, junto a practicantes de roles sociosexuales diversos, dentro de los parámetros morales de los expedicionarios: en un inicio franceses, ingleses y españoles. Las prácticas travestidas y homosexuales del mahu fueron consideradas indeseables. Como lo fueron las prácticas d libertad sexual prematrimonial; como la práctica del deslizamiento nocturno, el motoro de Mangaia y Tahiti, de los varones jóvenes a la vivienda donde duerme la joven con la que quieren copular como la limpieza genital, por medio de baños, realizados en grupo, “purificación corporal colectiva” eran tan aficionados los polinesios; las ceremonias de copulación ritual de los ariori tahitianos, ejercitadas públicamente con fines religiosos, en las que se invocaba a Oro, dios de la fertilidad.


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