domingo, 1 de diciembre de 2013

Resúmenes Sociología Política Parte 1

En la asignatura Sociología Política del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2013/14, elaboré los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.


TEMA 1: Las múltiples relaciones entre sociedad y política. El campo de estudio de la sociología política. "Sociedad y política: una relación multidimensional" Autores: Maria Luz Morán y Jorge Benedicto. Capítulo 1 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 // TEMA 2: El proceso histórico de modernización. Estado y mercado, las dos instituciones claves “Modernización y cambio sociopolítico" - Autor: Enrique Gil Calvo. Capítulo 11 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009) // TEMA 3: El surgimiento y desarrollo de la democracia en la sociedad capitalista "Democracia y sociedad industrial" - Autor: Ludolfo Paramio. Capítulo 5 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 4: Las bases sociales de la política democrática "El concepto de cleavage en las ciencias sociales" Autora: Susana Aguilar. Capítulo 1 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007. "Elecciones para elegir" Autora: Elisa Chuliá. Capítulo 6 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007.// TEMA 5: La construcción de los universos políticos de los ciudadanos. Socialización y cultura política "La construcción de los universos políticos de los ciudadanos" Autor: Jorge Benedicto. Capítulo 8 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 6: Participación y acción colectiva "Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación" Auotres: Maria Jesus Funes y Jordi Monferrer. Capítulo 1 del libro de R. Adell y M.J.  Funes, Movimientos Sociales: Cambio social y participación. Madrid, UNED, 2003. "Participación política, grupos y movimientos". Autor: Gianfranco Pasquino. Capítulo 5 del libro de G. Pasquino y otros, Manual de Ciencia Política. Madrid, Alianza Editorial, 1991.

SOCIEDAD Y POLÍTICA: UNA RELACIÓN MULTIDIMENSIONAL

La política en su contexto social

La relación entre sociedad y política, un campo de fronteras ambiguas, en donde el nivel de formalización teórica es bastante problemático y en el que los puntos de controversia son muchos más numerosos que las áreas de acuerdo.

Enmarcar el análisis de la política en su contexto social exige recordar la multiplicidad de factores que componen la vida social de las distintas comunidades humanas y la posición central que en la misma ocupan los elementos políticos, en la medida en que tienen que ver con los mecanismos, la distribución, el ejercicio y las consecuencias del poder. Una vez delimitado el objeto genérico de estudio es posible identificar diferentes perspectivas a partor de las cuales se pueden proceder a determinar la naturaleza y el sentido de dichas conexiones.

El presupuesto inicial a tener en cuenta es la convicción de que existe algún tipo de relación o de influencia mutua entre las características de los sistemas sociales y la naturaleza de la esfera de la política. El sentido concreto de esta relación ha sido interpretado por los especialistas de múltiples maneras, pero entre la variedad de aproximaciones que encontramos en la literatura especializada cabría hablar, siguiendo a R. Braungart de la existencia de tres grandes modelos o formas de entender las interrelaciones que vinculan a los social y lo político.

1.    Dirige su atención hacia el modo en que las estructuras sociales influyen en la organización y en los procesos políticos. Este enfoque sitúa el ámbito de los social como la variable independiente; como aquella variable que resume los fundamentos explicativos de los fenómenos políticos que son interpretados como variable dependiente. Suele denominarse el estudio de “las bases sociales de la política”; la que más se ha utilizado desde la sociología. El principal interés es llegar a conocer la forma en que los factores y los recursos sociales influyen en la distribución del poder, en la participación política, en el comportamiento de los ciudadanos y en los procesos de cambio sociopolítico. Ha sido objeto de numerosas críticas a causa de la excesiva unidireccionalidad con la que se aborda el vínculo sociedad-política.
2.    Es el de aquellas investigaciones que se interesan por el modo en que las estructuras y los procesos políticos influyen en la naturaleza y las características del sistema político. Este enfoque define el campo de los “orígenes políticos del poder”; adoptado por los estudiosos de la ciencia política. Son los factores políticos los que se sitúan en el centro de toda reflexión; se opta por una explicación que se encuentra en el extremo opuesto de la perspectiva anterior, por lo que adolece de sus mismos defectos: los factores sociales se convierten en un antecedente más o menos contingente de la actividad política, la cual, además acaba por explicarse a sí misma.
3.    Centrarse en la forma en que las estructuras de poder y los procesos de toma de decisiones políticas influyen sobre la sociedad. La política constituye en esta perspectiva la variable independiente mientras que la sociedad es la dependiente. Enfoque de las políticas públicas (policy analysis). Su objetivo reside en el examen de las repercusiones que el ejercicio efectivo del poder tiene sobre la articulación del sistema social; sobre las posiciones relativas de los distintos grupos sociales. Este punto de vista se olvida de las determinaciones sociales que pesan sobre los procesos de toma de decisiones políticas.

Cada uno de estos enfoques analiza un aspecto fundamental de las múltiples relaciones que vinculan la sociedad con la política. Se apunta a su integración en una nueva perspectiva analítica que tenga en cuenta los orígenes sociales y políticos del poder y el modo en que éste, a través de su ejercicio, influye en la estructura social. Conviene detenerse en cómo el “problema” de las relaciones entre sociedad y política se ha abordado a lo largo de la historia del pensamiento social y político hasta convertirse en un campo de estudio de carácter multidisciplinar.

La sociología política como campo de estudio multidisciplinar

El estudio de la esfera de la política constituye un elemento central dentro de la reflexión sobre lo social. En todos los planteamientos clásicos subyace una doble convicción:

·      Se afirma que lo político no puede entenderse más que en su contexto social; posee un carácter profundamente histórico.
·      La idea de que para comprender en toda su complejidad la naturaleza y las características de los sistema sociales es preciso tener en cuenta las estructuras y procesos políticos que tienen lugar en su seno. Las obras de los padres de la sociología, especialmente las de Marx y Weber, constituyen un punto de referencia imprescindible a la hora de perfilar la evolución seguida por los estudios sobre sociedad y política.

Es en torno al movimiento intelectual de la Ilustración cuando empiezan a sentarse las bases de la moderna concepción sobre la relación entre sociedad y política; una concepción que sólo se hará posible a partir del momento en que la sociedad comienza a ser pensada como una realidad autónoma, como una entidad separada del Estado. Autores Saint-Simon, Ferguson y, sobre todo, Hegel abren el camino para poder diferenciar estos dos conceptos; para poder considerar el ámbito social y el político como esferas sometidas a estrechas relaciones mutuas. Está estrechamente vinculada con el surgimiento de la sociedad capitalista, la cual necesitaba para su desarrollo efectivo de la aparición y reconocimiento de un ámbito de actuación independiente del poder político, no sometido a sus reglas y normas.

Habitualmente se suelen mencionar dos grandes temas o ámbitos de reflexión que permiten vertebrar las aportaciones que distintos autores y obras han ido realizando:

  • El primer problema es el de la autonomía de lo político; al mayor o menor grado de independencia que este ámbito posea en relación con los factores económicos, sociales o ideológicos. Esta cuestión se encuentra en el origen de dos líneas clásicas de estudio: aquella que opta por la negación de dicha autonomía y por supeditar la explicación de los fenómenos políticos a factores de tipo económico o social, la teoría marxista. En el extremo opuesto se situaría la defensa de un cierto grado de autonomía de la política frente a los demás factores o dimensiones de la vida social; Tocqueville, Mosca, Pareto hasta llegar a Weber.
  • La segunda idea es la dicotomía del orden frente al cambio. Se trata de una de las divisiones clásicas que se utilizan habitualmente a modo de “líneas de fractura” para ordenar y trazar los principales ejes por los que discurre el pensamiento sociológico. Se preocupan principalmente del funcionamiento de las instituciones políticas existentes, concebidas como un elemento de un sistema social que tiende hacia un estado de equilibrio, y los que centran su atención fundamentalmente en las fuerzas que tienden a producir inestabilidad y posibilidades de cambio. El funcionalismo norteamericano de los 50 y 60; mientras que la perspectiva del cambio estaría representada por las diferentes teorías del conflicto.


Hay que detenerse en un aspecto fundamental: la concepción que se maneja de la política o, dicho en otros términos, qué entendemos por política y qué alcance debemos dar este término. Se ha abierto paso una definición ciertamente laxa que trata de liberar a lo político de su exclusiva identificación con las instituciones estatales, apostando en cambio por considerar que es algo ubicuo en toda relación social. La política versa sobre la utilización y desarrollo del poder y puesto que el poder se genera en casi todo grupo social e institución, el alcance de la política es mucho mayor de lo que pudiera parecer en una primera aproximación.

Se trata de una espacio de reflexión que participa y está muy influido por las grandes controversias teóricas que han centrado la investigación en ambas disciplinas. Se puede afirmar que resulta difícil comprender sus intereses y sus aportaciones sin prestar una especial atención a la historia de la teoría sociológica y de la teoría política. El estudio de la política en su contexto social se convierte en uno de los mejores ejemplos de lo que podríamos llamar un terreno de estudio fronterizo.

Dowse y Hughes: la concepción más amplia de la política tiende a resaltar la importancia política potencial de casi todos los aspectos de la vida social no relacionados directamente con el gobierno y el Estado. Este enfoque amplio e integrador choca de alguna forma con la postura más convencional que insiste fundamentalmente en la necesidad de defender la institucionalización de una disciplina autónoma, la sociología política, como ámbito de estudio con un objeto, unos modelos teóricos y unos instrumentos de trabajo plenamente perfilados y, por consiguiente, totalmente identificables.

Se trata de situar históricamente el proceso de institucionalización de una disciplina que alcanzó hace ya algunas décadas su pleno reconocimiento académico. Los años posteriores al fin de la IIGM señalan el momento en el que nace la moderna sociología política, tal y como reconocen la mayor parte de los especialistas en la materia. La naciente disciplina comienza su andadura en el marco intelectual de una sociología teñida de una carácter eminentemente conservador, ya que la corriente dominante al final de la década de los 40 y en los primeros 50 dentro de la sociología académica es el estructural-funcionalismo. Paralelamente, sus orígenes están fuertemente ligados a la transformación radical del estudio de la política que significó la revolución conductista y el nacimiento de la nueva ciencia política.

Se insiste, alternativamente, en la existencia de pequeñas particularidades que justifican o niegan la existencia de una disciplina autónoma en relación con la disciplina madre – la sociología – y que, además, sirven de base para trazar las fronteras con la ciencia política. La discusión en torno al grado de acierto con el que se realiza este empeño ha ocupado una buena parte de la discusión teórica a lo largo de las casi cinco décadas de existencia formal de la sociología política. En nuestra opinión, resulta más fructífero comenzar por admitir la existencia de una cierta ambigüedad para, después, reconsiderar el campo de trabajo tal y como éste se ha ido estableciendo en base a los temas de discusión teórica y a los problemas que constituyen sus principales foco de análisis. Lo importante es detenerse en el examen de aquellos lugares donde tiene lugar la acumulación de su actividad investigadora.

Ha existido una cierta tendencia a establecer esquemas de clasificación con el fin de explicar la evolución de los estudios de la política en su contexto social en base a las grandes líneas de pensamiento que en cada momento parecen dominar el panorama intelectual de las ciencias sociales. Cabría distinguir una primera etapa que abarca hasta mediados de los 70; se asiste al predominio de la escuela funcionalista, mientras que desde finales de esta década la sociología crítica, o el paradigma neomarxista, toman el relevo como corriente hegemónica de estudio. En los 70 estarían dominados por el análisis económico de la política y la década de los 80 vuelve a traer a un primer plano el interés por las perspectivas de la organización y por la sociología histórica, supone también un cierto renacimiento de los enfoques ideológicos o culturales. La situación actual se caracteriza más bien por la coexistencia de distintos paradigmas de análisis sin que ninguno de ellos ejerza una clara hegemonía. Son más patentes las tendencias hacia la integración de diversos paradigmas analíticos y la incorporación de aportaciones y perspectivas surgidas en campos de estudio afines.

La evolución de las sociedades industriales y la incidencia de los grandes procesos de transformación a que se han visto sometidas han tenido un pacto indudable en el examen de los vínculos entre la sociedad y la política. Han contribuido a que surja la convicción de que el concepto de la política, entendida como esfera de lo público, con el que se había venido trabajando hasta hace no mucho tiempo, es excesivamente restrictivo. Existe un consenso cada vez más fuerte en torno a la inevitabilidad de redefinir algunas de las dicotomías clásicas que estaban en la base de una buena parte de las investigaciones tradicionales. Este movimiento deja traslucir una cierta insatisfacción con los estudios que hasta hace poco se consideraban como modelos y referencias clásicas dentro de la disciplina.

Ha cristalizado en un empeño por lograr una definición más amplia de la política que suponga también la reinterpretación de sus principales componentes. Todo este movimiento provoca, necesariamente, la emergencia de nuevos temas, marcos y metodologías de análisis.

En las últimas décadas el campo de estudio de la sociología política está sometida a un importante proceso de innovación como resultado de las principales transformaciones de las sociedades contemporáneas. Los principales procesos que han de tomarse en consideración pueden agruparse en tres grandes bloques.

Ha sido el reconocimiento del fin de la ecuación que vinculaba el sistema democrático con el desarrollo económico y el bienestar social: la utopía que guió la reconstrucción de Europa tras el fin de la IIGM. Suscita dos nuevos temas de reflexión dentro del análisis sociológico de los fenómenos políticos:

·      Sitúa en un aprimar plano la crisis del Estado de bienestar, que intenta resolver o bien postulando la exigencia de su desmantelamiento o tratando de sentar las bases que conducirían a su redefinición.
·      Remite a la evaluación de los efectos que produce la persistencia de las desigualdades económicas y sociales en los sistema políticos democráticos; la constatación del surgimiento de nuevas formas de marginación sociopolítica.

Estos nuevos temas de reflexión se encuentran vinculados estrechamente con un renovado interés por definir las características y los límites de los sistemas democráticos dentro de las sociedades industriales avanzadas. La reconsideración del papel de la acción colectiva y los motivos que explican el surgimiento de nuevas formas de participación política. No hay que olvidar que este discurso desemboca necesariamente en la toma en consideración de los nuevos problemas de legitimidad que afectan a la estabilidad y la pervivencia de los sistemas democráticos contemporáneos.

La reflexión en torno a la naturaleza y a las consecuencias de los nuevos nacionalismos está en la base de los recientes esfuerzos por reinterpretar el desarrollo histórico de los estados nacionales y de sus procesos de democratización. Se ha hecho evidente la necesidad de trabajar sobre la construcción de las bases de las identidades colectivas y de sus procesos de “politización”.

La sociología política se ha encontrado bruscamente ante el fin de la concepción bipolar del mundo árabe sobre la que se habían fundamentado una buena parte de sus análisis. Es el ocaso de la contraposición entre el capitalismo y el socialismo. Este giro violento ha tenido algunas consecuencias importantes, al menos a corto plazo. Así, ha abierto un periodo de crisis, o en todo caso de reflexión, dentro de la teoría política y del análisis sociológico de inspiración marxista que debe resolver en qué medida el fracaso de la utopía comunista supone también el descalabro del marxismo como concepción teórica y como instrumento de análisis de la realidad social. Los estudios sobre las transiciones políticas a la democracia adquieren un nuevo impulso.

En contra de algunas previsiones más optimistas derivadas del postulado que asociaba el desarrollo político con el bienestar económico, el subdesarrollo parece haberse convertido en un problema endémico. Todo indica que la distancia entre los países más desarrollados y los subdesarrollados ha ido en aumento sin tregua en las últimas décadas, por lo que algunos temas vinculados con el binomio pobreza-subdesarrollo vuelven a situarse en el centro de mira de los investigadores. Se trabaja sobre el origen y los conflictos asociados con el fenómeno de los fundamentalismos y sobre las consecuencias de la exportación de los modelos culturales occidentales y del surgimiento de nuevas formas de “mestizaje” en la vida política de una buena parte de los países que componen nuestro sistema mundial.

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