lunes, 22 de octubre de 2012

Ecología II: Ecología Humana – Cuestiones a comprender y retener – Parte 25


En la asignatura de Ecología II: Ecología Humana del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12, algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resolver las cuestiones a comprender y retener.  Y como libro de referencia: Medio ambiente y sociedad. La civilización industrial y los límites del planeta de Ernest García (Alianza Editorial), bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por tod@s. Derechos reservados, sus autores.


Tema 1  – Las ciencias ambientales, la sociología y la relación entre medioambiente y sociedad - Nekane Ceballos Aurrekoetxea // Tema 2 - La sociología ecológica o medioambiental  Tomás Javier Prieto González // Tema 3 Sociología, límites y sostenibilidad José Bargallo Rofes // Tema 4 - Cambio social: desarrollo y sustentabilidad Carolina Judith Rabazo Pérez // Tema 5 Cambio social: modernización y medio ambiente  Carlos Catalán Serrano // Tema 6 - Medio ambiente, estructura y conflicto social José Bargallo Rofes // Tema 7 - Percepción social de los problemas medioambientales y cambio cultural – Julia Ortega Tovar

¿Cuáles son los principales rasgos del discurso sobre el medio ambiente del “núcleo central” de la opinión pública?
Algunos rasgos característicos del discurso sobre el medio ambiente del núcleo central son:
  1. La dislocación: la percepción de los problemas ecológicos aparece vinculada al conjunto de procesos económicos, políticos y culturales que suelen designarse con el término “globalización”. Contribuyen a una generalizada sensación de pérdida de la capacidad de influir sobre el entorno inmediato de la existencia. Es esa sensación de estar sometidos a los efectos de fuerzas incontrolables, externas al propio lugar y a la propia cultura, a la que la socióloga Pura Duart, llamó “dislocación”.
  2. La contaminación: la palabra contaminación es repetidamente utilizada en el discurso mayoritario para referirse a una serie de nuevas preocupaciones de muy diversa índole; con ella se significan, al menos, dos tipos de problemas, cuyo origen se atribuye ya a trastornos en la naturaleza, ya al contacto con quienes padecen los efectos de dichos trastornos; esta vaga categoría suele ser vehículo mediante el que se subraya la condición incontrolable de los riesgos descritos. Los problemas medioambientales aparecen conectados en el imaginario social con amenazas muy diversas a la seguridad y a la salud.
  3. La culpa: otro tipo ampliamente difundido en el discurso sobre el medio ambiente  es el de la autoinculpación. La población de las sociedades industriales evalúa su propia situación como relativamente privilegiada y, en relación con ello se siente parcialmente responsable del deterioro social y medioambiental. La mala conciencia es perceptible: en esta parte del planeta todos somos contaminadores contaminados, simultáneamente víctimas y cómplices.

¿Se puede hablar de la existencia de un perfil sociológico definido de las posiciones proambientalistas, del consenso ambientalista?

El consenso ambientalista es transversal, está presente de una forma muy similar, básicamente homogénea, en todos los grupos sociales que pueden definirse según las variables (jóvenes y adultos, mujeres y hombres, gentes con estudios o sin ellos, clases medias o clases trabajadoras). Es precisamente este rasgo el que justifica el uso de la palabra consenso.


¿Influye la edad en las actitudes ambientalistas? Exponga la relación entre edad y ambientalismo.

La consideración del ecologismo como una ideología específicamente juvenil, ha sido habitual en nuestra sociedad. Se enuncia en ocasiones como algo obvio, cuando quienes iniciaron el movimiento ecologista  en los setenta andan por la cincuentena, si es que no la superan. Se trata de un tópico cuyo fundamento en la realidad resulta bastante discutible. Decir que el ecologismo es cosa de jóvenes es falso. La percepción de los problemas del medio ambiente como serios y preocupantes está difundida entre todos los grupos de edad. Pero cuando se analizan las actitudes y los comportamientos hay algunas modulaciones de interés. La educación ambiental llega más a las generaciones más jóvenes, puesto que éstas son las principales consumidoras de educación en todos los campos. El nivel de activismo en los sectores comprometidos, lo que también es una característica juvenil en general, presente en diversos movimientos sociales. Sin embargo, como consecuencia de la expansión de la sociedad de consumo de los estilos de vida más agresivos, para el medio ambiente están presentes a medida que la edad se reduce. En resumen: frente al tópico que identifica ecologismo y juventud, los datos disponibles nos sitúan ante un cuadro mucho más complejo.

¿Cómo influye el sexo en las actitudes ambientalistas? Exponga la relación entre sexo y ambientalismo. ¿Cómo afectan las normas patriarcales en ese sentido?

Las investigaciones no suelen reflejar diferencias sustanciales entre hombres y mujeres en cuanto a sus declaraciones sobre el medio ambiente. Hay, sin embargo, un matiz que puede ser reseñado y que tiene que ver con la vigencia que conservan los códigos de género asociados con la división sexual del trabajo. La regulación patriarcal reserva para los varones la esfera pública o de la producción y confina a las mujeres en la esfera privada o de reproducción. La regulación patriarcal subsiste en forma atenuada a través de normas sociales que atribuyen a las mujeres una responsabilidad especial en la esfera privada y continúan orientando a los varones hacia la consideración como propia de la esfera pública (Subirats).

¿Cómo influye la clase social, la ocupación o grupo socioprofesional o las características del mercado de trabajo en las actitudes ambientalistas? Exponga la relación entre ambientalismo y esas variables.

Los resultados de los estudios sobre la opinión acerca de los problemas medioambientales señalan que ésta parece distribuirse en los diversos estratos (o clases) sociales de una forma que es también básicamente homogénea. En algunos casos, los estratos medios se muestran ligeramente más favorables a proteger el medio ambiente que los más altos y los más bajos. En los extremos de la pirámide social aparecen algunos matices significativos. Los extractos más altos se muestran algo más favorables que el resto de la población a aceptar la degradación del medio ambiente como precio a pagar por la expansión económica, siempre que eso no afecte al propio lugar de residencia. Los estratos inferiores se muestran algo más favorables que el resto de la población a aceptar la degradación del medio ambiente local como precio a pagar por más oportunidades accesibles de trabajo e ingresos. 

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