miércoles, 24 de octubre de 2012

Ecología II: Ecología Humana – Cuestiones a comprender y retener – Parte 27


En la asignatura de Ecología II: Ecología Humana del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12, algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resolver las cuestiones a comprender y retener.  Y como libro de referencia: Medio ambiente y sociedad. La civilización industrial y los límites del planeta de Ernest García (Alianza Editorial), bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por todos/as. Derechos reservados, sus autores.


Tema 1  – Las ciencias ambientales, la sociología y la relación entre medioambiente y sociedad - Nekane Ceballos Aurrekoetxea // Tema 2 - La sociología ecológica o medioambiental  Tomás Javier Prieto González // Tema 3 Sociología, límites y sostenibilidad José Bargallo Rofes // Tema 4 - Cambio social: desarrollo y sustentabilidad Carolina Judith Rabazo Pérez // Tema 5 Cambio social: modernización y medio ambiente  Carlos Catalán Serrano // Tema 6 - Medio ambiente, estructura y conflicto social José Bargallo Rofes // Tema 7 - Percepción social de los problemas medioambientales y cambio cultural – Julia Ortega Tovar

Describa en qué consiste el NEP, su origen, medición y utilidad para predecir actitudes y comportamientos hacia el medio ambiente. ¿Qué se entiende por “creencias primitivas” y qué relación tiene con la escala del NEP de Dunlap y Van Liere?

Desde finales de los años setenta, la visión del mundo característica de la era industrial, basada en la creencia en la excepcionalidad humana, en la capacidad humana para separarse de la naturaleza y dominarla, está siendo sustituida por una nueva visión fundamental o paradigma, el “nuevo paradigma ecológico”.
El NEP, sus principios básicos son la aceptación de la finitud del planeta y de la interconexión entre los humanos y el resto de los seres vivos. Riley Dunlap elaboró una escala para medir la influencia en la sociedad de las dos visiones del mundo o paradigmas fundamentales.
La escala NPE, en su formulación original o con ligeras variantes, ha sido utilizada en un buen número de estudios en los últimos veinte años. Muchos de ellos han detectado un grado elevado de acuerdo con la orientación proambientalista. Dunlap ha sugerido que la puntuación obtenida en la escala puede utilizarse para predecir actitudes y comportamientos respecto a cuestiones concretas  medioambientalmente significativas.
Dunlap y Van Leire mantienen que aplicado la escala pueden captarse las “creencias primitivas” acerca de la naturaleza y de la relación de la humanidad con ella, entendiendo por creencias primitivas el núcleo central del sistema de creencias y verdades básicas sobre el mundo de una persona. Mantiene que una puntuación alta en la escala NPE debe llevar a creencias  y actitudes favorables al medio ambiente en un amplio campo de cuestiones más concretas. En su hipótesis, hay cinco facetas de una visión del mundo ecologista (recogida cada una con tres ítems):
  • realidad de los límites de crecimiento (1, 6, 11)
  • antiantropocentrismo (2, 7, 12)
  • fragilidad del equilibrio ecológico (3, 8, 13)
  • rechazo del exencionalismo humano (4, 9, 14)
  • posibilidad de una crisis ecológica (5, 10, 15)


Exponga la teoría de Inglehart del postmaterialismo. ¿Qué es lo que permite la aparición de la cultura postmaterialista? Describa la metodología para medir la orientación postmaterialista.

Teoría de Inglehart: en los países más industrializados, el grado conseguido de satisfacción de las necesidades materiales y la seguridad sobre su mantenimiento permiten la aparición de nuevas prioridades y valores, menos dependientes de la posición material. Ese nuevo conjunto de necesidades y de valores relacionados con ellas, incluye la preocupación por el patrimonio histórico, la importancia de las ideas y de la libertad de expresión, la aspiración a una sociedad menos impersonal, la tendencia a la participación en el trabajo y en la política o la opinión relativamente favorable al feminismo y al pacifismo. Este sistema de necesidades “post-materialistas”, orientadas sobre todo hacia la autorrealización y la calidad de vida, colisionaría con la posición de los sectores sociales que atribuyen prioridad a las necesidades “materialistas” (ejército y policía fuertes, mantenimiento orden público, una economía estable, etc.).
Inglehart elaboró un índice derivado de las respuestas a una batería de preguntas. Ha reunido un gran volumen de datos empíricos que revelan la presencia de opiniones post-materialistas en diferentes países y su extensión a impulsos del relevo generacional, a medida que las personas que  ya han crecido en el contexto del bienestar van presentando una proporción mayor de la población. Y explica así la razón de ese cambio cultural: “la satisfacción de las necesidades fisiológicas lleva a poner mayor énfasis sobre las metas no fisiológicas o post-materialistas”. Los post-materialistas no rechazan los frutos de la prosperidad, simplemente “sus prioridades valorativas están menos fuertemente dominadas por imperativos que eran centrales para la naciente sociedad industrial […] se desarrollan a partir de una sensación de seguridad física y económica” (Inglehart 1991:422).

¿Apoya la evidencia empírica las tesis del NEP y del postmaterialismo? Razone la respuesta. Exponga las críticas a las mismas.

Dunlap y Mertig han argumentado que los datos aportados por la encuesta Gallup de 1992 en 22 países cuestiona la tesis de que el ambientalismo deriva de la emergencia de valores post-materialistas, así como la descripción del ecologismo como un movimiento social orientado más por objetivos de calidad y estilo de vida que por intereses económicos (Buttel 1992) y las teorizaciones económicas sobre la calidad ambiental como bien posicional. Han añadido que la suposición de que los habitantes de los países pobres están menos preocupados por el medio ambiente que los países ricos no habían podido contrastarse empíricamente hasta el momento, y a la vista de los nuevos datos, dicha suposición no puede ya mantenerse. Su conclusión se basa en que, de las catorce variables que medían la preocupación  por el medio ambiente en la mencionada encuesta, para siete de ellas la correlación con el PIB per cápita, era significativamente negativa. Dunlap ha observado que datos como éstos suponen una seria anomalía para la hipótesis del post-materialismo. La hipótesis del nuevo paradigma ecológico parece implicar que la conciencia ambiental depende de la difusión en la sociedad de informaciones científicas sobre el estado de los ecosistemas.

¿Qué mide el Índice de Protección Medioambiental (IPM)? ¿Quién es su autor? ¿Cuál es su principal conclusión?

El IPM es un indicador que clasifica con alta puntuación a quienes se declaran de acuerdo o muy de acuerdo con dos proposiciones (“estaría de acuerdo en dar parte de mis ingresos si tuviese la seguridad de que el dinero se iba a usar para prevenir la contaminación del medio ambiente”, y “estaría de acuerdo con un aumento de los impuestos si el dinero extra fuese usado para prevenir la contaminación del medio ambiente”) y en desacuerdo o muy en desacuerdo con otras dos (“el gobierno debe reducir la contaminación del medio ambiente sin que ello me cueste dinero” y “proteger el medio ambiente y luchara contra la contaminación es menos urgente de lo que suele decirse”) (Inglehart).
Este indicador fue confeccionado por Inglehart, y en sus análisis las poblaciones que más puntuaron en el IPM fueron los países escandinavos y Holanda. El mayor grado de aprobación al movimiento ecologista se registró en sociedades de la Europa del Este y de América Latina.
Inglehart registró que no hay una relación clara entre nivel de desarrollo y actitud favorable a la protección del medio ambiente.

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