En la asignatura de Estructura Social Contemporánea
II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12,
algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria. Y como libro de referencia: Estratificación Social y Desigualdad. El
conflicto de clase en perspectiva histórica, comparada y global, (Harold R.
Kerbo - McGraw Hill) bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer
el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por todos/as. Derechos
reservados, sus autores.
Tema 1 (Capítulo7) El
proceso de legitimación – Eva Gloria Del
Riego Eguiluz // Tema 2 (Capítulo 8)
T. El sistema de estratificación mundial: dominio y competencia entre naciones
del centro - Miguel De Diego Pérez
// Tema 3 (Capítulo 9) Estratificacion
social en los Estados Unidos – Irene
Ibáñez Sánchez // Tema 4 (Capítulo 10)
Estratificación social en Japón – José
Bargallo Rofes // Tema 5 (Capítulo 11)
Estratificación social en Alemania – María
Inés Quiles Blanco // Tema 6 (Capítulo
12) Estratificación mundial y globalización: los pobres de la Tierra – Tomás Javier Prieto González
Desigualdades de género
Con
respecto a las desigualdades de renta entre los varones y las mujeres:
- La diferencia de ingresos se está reduciendo, algo que implica una mayor igualdad entre los hombres y las mujeres.
- Las diferencias de renta entre el hombre y la mujer todavía existen dentro de cada una de las grandes categorías ocupacionales, pero son más marcadas en las categorías ocupacionales altas.
- La razón de ingresos de la mujer con respecto a los varones en EEUU sigue siendo menor que la que presentan otras naciones industriales, la mujer gana un 75% de lo que ganan los hombres.
- La diferencia de ingresos se redujo en EEUU entre 1979 y 1989 no tanto porque subieran los salarios de las mujeres sino porque bajaron los salarios de los hombres.
No debe
extrañar la causa de estos cambios, que guardan relación con la tendencia
principal de la estratificación social estadounidense: La reducción de la clase
media.
Por
último, es importante considerar la razón hombres/mujeres por raza. Así, las
diferencias de renta entre hombres blancos y mujeres blancas, es mucho mayor
que la que encontramos entre hombres negros y mujeres negras y entre hombres
hispanos y mujeres hispanas.
Desigualdades raciales y étnicas
Entre 1967
y 1991 tanto los negros como los hispanos han perdido terreno por lo que
concierne a ingresos, así, la razón de ingresos entre negros y blancos en esos
años ha disminuido, pasando del 59,2 al 57%, lo mismo ha ocurrido entre
hispanos y blancos, que ha pasado del 69,2 al 63,2%.
Los negros
y otras minorías se concentran más en empleos de baja remuneración y en la
periferia que en los sectores centrales de la economía, es decir, en los
empleos donde más cayó la renta real durante los 80 y los 90.
También se
han producido grandes pérdidas de trabajos de ingresos medios en los sectores
centrales de las principales industrias. En la medida en que algunas minorías
estaban empezando a ascender a posiciones con ingresos medios, el declive de
estas industrias ha perjudicado a las minorías proporcionalmente más que a los
blancos.
Un
problema que contribuye a la desigualdad de la renta entre blancos y negros,
como recogen los análisis de la Oficina del Censo de los EEUU, apunta a la
rápida ruptura de las familias tradicionales de la comunidad negra como causa
principal del aumento de la desigualdad de la renta. En este sentido, en la
actualidad, destaca el que mientras en general el 20% de los niños viven en
hogares encabezados por mujeres, entre los negros estas cifras se aproximan al
60%. Los niños de estos hogares encabezados por mujeres encuentran más
dificultades para alcanzar un
nivel de educación superior y más ingresos en el futuro.
Hay otro
factor del aumento de la razón de ingresos entre negros y blancos y otras
minorías que está relacionado con los pagos transferidos por el gobierno en
forma de subsidios y otros beneficios en especie. Los datos de la Oficina del
Censo indican que la diferencia de la renta media entre negros y blancos
disminuiría cerca de un 5% si se excluyeran los subsidios asistenciales. Pero
esos subsidios se han recortado cerca del 40% en los 80, lo que explica parte
estas diferencias. Con el renovado interés por recortarlos aún más, la
diferencia de ingresos entre negros y blancos aumentará aún más. En las últimas
décadas los negros han hecho algunos progresos importantes en materia de logro
educativo, pero los resultados no son tan prometedores como deberían ser.
Respecto a
la posición, en cuanto a la desigualdad de la renta, de los asiático-americanos, la impresión general que tienen la
mayoría de los estadounidenses en los 90 es que los asiáticos son la minoría
modelo de EEUU, porque han alcanzado niveles de ingresos superiores a los de
las demás minorías, e incluso superiores a los de los blancos. Esta impresión
es sólo parcialmente acertada, porque no reconoce la diversidad real entre los
asiático-americanos: Es importante
considerar cuánto tiempo han estado viviendo en el país, por ejemplo, los
ingresos medios familiares de los camboyanos que llegaron antes de 1980 son
32.294 $ frente a los 16.435 $ de los que han llegado entre 1980 y 1990.
Por lo
general han prosperado en sucesivas generaciones, si bien debemos reconocer que
algunos de los que han llegado recientemente son más pobres, tienen menos
formación y menos posibilidades de ascender en el sistema de clases tan deprisa
como los que llegaron antes. Una excepción son los japoneses-americanos, que sí han ido incrementando sus ingresos familiares medios.
Por otra
parte, entre los factores que crean un aumento de la desigualdad de la renta
entre la comunidad negra están:
- el mayor nivel educativo de algunos negros,
- la ventaja que supone la obtención de dos ingresos (las familias biparentales)
- los efectos selectivos de intervenciones del gobierno como los programas de discriminación positiva.
Hay graves
consecuencias del aumento de la desigualdad entre los negros, como:
- el aumento del conflicto entre los negros que tienen y los que no tienen,
- la cada vez mayor falta de modelos de rol de éxito para los jóvenes negros pobres, porque los de clase media se marchan de los vecindarios pobres, etc.
William
Julius Wilson afirmaba en uno de sus libros, que hoy en día la desigualdad
racial de los EEUU era más una cuestión de desigualdad de clases que de
discriminación racial per se. En otras palabras, el racismo del pasado situó a
los negros y otras minorías en posiciones de clase baja, donde siguen.
Por lo
demás, es correcto sugerir que la mayor parte o la totalidad de las
desigualdades de género, étnicas y raciales que existen hoy están arraigadas en
el sistema de estratificación social. Ésto significa que siguen existiendo
niveles de racismo y sexismo que producen desigualdades por medio de las
estructuras ocupacional, de autoridad y de propiedad.
Y también
significa que, en un sentido general, la teoría del conflicto se puede emplear
para comprender las desigualdades asociadas al género, la raza y la etnicidad
en los EEUU y otras naciones o, como ya hemos dicho, para ayudarnos a comprender
quién consigue qué y por qué.
Desigualdades de género comparadas
La ONU
desde 1990 publica el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que es una combinación
de indicadores de renta, riqueza, empleo, educación y salud, junto a otras
mediciones generales del nivel de vida. En 1993 la ONU publicó por primera vez
un Índice de Desarrollo Humano para las mujeres en 33 países. La menor
desigualdad de género se encuentra en Suecia, y la mayor en Corea del Sur.
Mientras Japón tiene la puntuación más alta de Desarrollo Humano, sólo ocupa el
17 lugar por lo que respecta a la brecha del género. Suecia ocupa el 5º lugar
por su puntuación en Desarrollo Humano, pero destaca en el primer lugar por su
escasa brecha de género.
Las
garantías y el apoyo público a la baja laboral remunerada por maternidad es muy
relevante para las mujeres ocupadas. La necesidad biológica de las mujeres de
criar a los hijos puede suponer que sean las mujeres las que abandonan
temporalmente el trabajo, por lo que pierden antigüedad y experiencia laboral
y, posiblemente, su empleo. Es importante subrayar que la crianza de los hijos
puede impedir a la mujer alcanzar el mismo estatus ocupacional y nivel de
ingresos que el hombre, aunque se pueden establecer políticas para reducir esta
desventaja ocupacional.
En 1988
los EEUU eran la única nación industrial, cuyo gobierno no ofrecía garantía de
remuneración para el período de maternidad (y hay varios países que dan al
padre la opción de beneficiarse de esta baja en lugar de a la madre). En 1994
bajo el mandato de Clinton, se aprobó finalmente una ley, que exigía a los
empresarios admitir a las mujeres en su antiguo empleo tras un breve período de
maternidad, pero no es baja por maternidad remunerada. Aunque la baja por
maternidad remunerada no asegura a las mujeres un trato, un nivel de ingresos y
un status ocupacional igual al de los hombres, sólo es uno más de los diversos
factores que influyen.
CONCLUSIÓN
Los
procesos de industrialización y modernización han hecho que los sistemas de
clases de los países avanzados sean semejantes. Sin embargo, siguen presentando
diferencias importantes y no cesan de cambiar. Si alrededor de los 60 el nivel
de desigualdad era similar al del resto de naciones industriales, desde los 80
ha aumentado gradualmente de modo que hoy presentan el grado de desigualdad de
clases más alto de todas.
El por qué
y cuáles son sus efectos es lo que se ha abordado en este capítulo. Lo que cabe
hoy cuestionar es cuándo se detendrá esta tendencia o si lo hará.
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