En la asignatura de Estructura Social Contemporánea
II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12,
algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria. Y como libro de referencia: Estratificación Social y Desigualdad. El
conflicto de clase en perspectiva histórica, comparada y global, (Harold R.
Kerbo - McGraw Hill) bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer
el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por todos/as. Derechos
reservados, sus autores.
Tema 1 (Capítulo7) El
proceso de legitimación – Eva Gloria Del
Riego Eguiluz // Tema 2 (Capítulo 8)
T. El sistema de estratificación mundial: dominio y competencia entre naciones
del centro - Miguel De Diego Pérez
// Tema 3 (Capítulo 9) Estratificacion
social en los Estados Unidos – Irene
Ibáñez Sánchez // Tema 4 (Capítulo 10)
Estratificación social en Japón – José
Bargallo Rofes // Tema 5 (Capítulo 11)
Estratificación social en Alemania – María
Inés Quiles Blanco // Tema 6 (Capítulo
12) Estratificación mundial y globalización: los pobres de la Tierra – Tomás Javier Prieto González
LA DESIGUALDAD
ESTADOUNIDENSE Y EL FUTURO DEL CONFLICTO EN EL CENTRO.
Buena parte del aumento de la desigualdad en EEUU guarda relación con su
relativa decadencia económica: muchos empleos se han perdido debido a la
automatización y los robots que las empresas estadounidenses han introducido en
las fábricas para reducir los costes laborales y aumentar así su competitividad
en el mundo. Otros trabajadores estadounidenses han tenido que aceptar
sueldos más bajos por la misma razón, pero también debido a la competencia de
la fuerza de trabajo escasamente remunerada de las naciones periféricas y
semiperiféricas. Muchas empresas estadounidenses se han marchado y se marcharán
decl país si no bajan los salarios de los trabajadores de EEUU. Al mismo tiempo,
los EEUU siguen siendo competitivos en algunas industrias de alta tecnología
que pagan salarios altos, ensanchándose así el abismo entre los trabajadores
altamente cualificados y los trabajadores en industrias que están perdiendo su
competitividad. La desigualdad también aumenta debido a la nueva estrategia
nacional de los principales empresarios y políticos conservadores
estadounidenses de «lograr que los EEUU vuelvan a ser más competitivos». La
«producción ligera», el recorte de salarios, el recorte de prestaciones, la
temporalidad en el empleo y el alargamiento de la jornada laboral a cambio de
un sueldo más bajo para los que están empleados han hecho furor. La presión de
la elite corporativa para lograr más apoyo por parte del gobierno (menos
impuestos, menor gasto en bienestar, menor regulación laboral y menor apoyo
público a los sindicatos, etc.) continuó durante los 80, pero se intensificó
desde 1994, cuando los republicanos consiguieron el control del Congreso y del
Senado.
Japoneses y europeos han advertido signos de que la economía
de los EEUU se estaba haciendo más competitiva que la suya y de cómo lo estaba
consiguiendo. Inglaterra ha seguido los pasos de EEUU y su economía apenas ha
mejorado. Las ayudas en bienestar y desempleo son más gravosas en Europa que en
EEUU, los sueldos son más generosos, los trabajadores disfrutan de mayores
beneficios y las jornadas laborales son más cortas. Los europeos están
empezando a preocuparse por el hecho de que se puedan quedar a la zaga si la
nueva estrategia conservadora de los EEUU triunfa y hace que su economía vuelva
a ser más competitiva. No está nada claro si estas medidas estadounidenses
ayudarán o no a recobrar y mantener la dominación económica de los EEUU a largo
plazo. Hay defensores de que EEUU necesita una fuerza de trabajo más educada,
mejor formada, mejor pagada y más motivada y leal para participar en una
economía mundial, que cada vez recompensa más a las naciones que son capaces de
competir en las industrias de alta tecnología. Serán los trabajadores con más
educación, mejor preparados y más leales (debido a su mayor implicación laboral
y compromiso con los sindicatos) de Europa y Japón los que darán ventaja a
estos países en la competencia económica del futuro, si los EEUU no son capaces
de hacer cambios en esa misma dirección. El moderno sistema mundial está listo
para la siguiente fase de competencia en el siglo XXI.
MODELOS CAPITALISTAS Y
COMPETENCIA EN EL SIGLO XXI. los japonenses han
advertido signos de que la economía de los EEUU se estaba haciendo más
competitiva que la suya. Inglaterra ha seguido los pasos de EEUU desde Reagan,
y su economía apenas ha mejorado.
A finales de los noventa, Gran bretaña como EEUU presentaba tendencia a una
desigualdad creciente de la renta, a salarios más bajos y menos subsidios
(Mischel, Bernstein y Schimitt). En comparación con los años 70 y 80 se consideraba que Gran
Bretaña experimentaba malestar económico en relación con Europa. Europa se ha
trazado la unificación económica como su principal objetivo para aumentar su
competitividad económica (Bornschier). Una mayor cooperación económica entre
las naciones de la Unión Europea hará más eficientes y competitivas sus
economías. Las ayudas en bienestar y desempleo son más gravosas en Europa que
en los EEUU, los sueldos son más generosos, y los trabajadores disfrutan de
mayores beneficios y las jornadas laborales son más cortas. No está nada claro
si la renovada insistencia estadounidense en recortar los salarios, ayudas y
empleos y alargar la jornada laboral ayudará o no a recobrar y mantener la
dominación económica de los EEUU a largo plazo. Estudiosos y economistas
estadounidenses han señalado que los EEUU podrán reforzar y recobrar tanto la
fuerza económica como una sociedad con menos problemas sociales sólo si se
mueve en dirección contraria (Thurow, Reich). Otros han afirmado que deben
observar cómo adiestra Alemania a su fuerza de trabajo y cómo logra una mayor
implicación de sus trabajadores en la toma de decisiones de las empresas para
aumentar su competitividad (Thelen, Turner, Wever). EEUU necesita una fuerza de
trabajo más educada, mejor formada, mejor pagada y más movida y leal para
participar en una economía mundial que cada vez recompensa más a las naciones
que son capaces de competir en las industrias de alta tecnología. Thurow dice
que para competir en una nueva economía mundial basada en la alta tecnología,
EEUU debe preocuparse más por la educación y la motivación del 50% más pobre de
trabajadores y familias en lugar de abaratar los salarios y el trabajo como ha
estado haciendo en el pasado.
Una cuestión importante es que los sistemas de estratificación
social en EEUU, Europa continental y las naciones asiáticas son muy diferentes
y permiten a diferentes clases establecer agendas para favorecer sus intereses
en relación con los que están en otras posiciones de clase. Modelos rivales de
capitalismo de bienestar o tipos de sistema capitalistas que tienen diferentes
relaciones entre el gobierno, la clase capitalista y la clase media y
trabajadora (Esping-Andersen, Goodin). EEUU y Gran Bretaña tienen un sistema
liberal en el que el gobierno se mantiene relativamente desimplicado de la
economía, algo que redunda en una mayor libertad para que la clase corporativa
dirija la economía a su conveniencia. Implícita en esta descripción de un
sistema liberal está la idea de una clase trabajadora relativamente débil, y
sobre todo una clase trabajadora que carece de influencia en el gobierno a la
hora de obtener protección. En Alemania y Francia se denomina sistema
corporativo. La clase corporativa y la clase trabajadora, de acuerdo con el
gobierno, han llegado a un pacto de reparto del poder, de modo que el gobierno
contribuye a organizar la economía y protege los intereses de todas partes. Un
elemento central que permite distinguirlo del sistema liberal estadounidense es
unos sindicatos poderosos y unas leyes laborales que limitan la capacidad de
acción de las elites corporativas en la economía y el sistema político. Un
aspecto menos estudiado es que las economías de más rápido crecimiento del
mundo presentan lo que se ha dado en llamar el modelo de desarrollo asiático
(Kerbo, McKinstry, Slagter, Dierichs). En este modelo del capitalismo, el
Estado es más autónomo, al tiempo que tiene más control sobre la economía. En
Japón hay poca propiedad gubernamental de la industria, pero el sector privado
está orientado y limitado por las elites burocráticas del gobierno, no son
funcionarios de libre designación política y, por lo tanto, son menos
susceptibles a la influencia política de la clase empresarial. Desde esta
perspectiva, se defiende que un ministerio gubernamental puede tener la
libertad de planificar la economía y mirar por los intereses nacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario