En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, el compañero Víctor Riesgo Gómez y yo, realizamos los
resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad
y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus
autores.
Tomás Javier Prieto González:
Tema 1 Planteamiento de la sociología de
la diversidad // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y
alteridad // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la
conducta desviada // Tema 4 De la desviación y de la diversidad // Tema 6 Sociología de la diversidad // Tema 7 Antropología de la sexualidad y
discursividad // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el
cuerpo y el transgénero // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la
disctadura, transición y democracia española // Tema 10 Despsiquiatrizar
el transgénero Tema11 El transgénero en las sociedades
polinesias
Víctor
Riesgo Gómez:
Tema 5 Razones que justifican la diversidad
en sociología
Sociología de la diversidad
En
el caso inglés, que la sociología de la desviación murió de éxito, pero de
muerte natural. Otra cosa es el caso español de la sociología de la conducta
desviada, que se extingue, sin éxito previo, por intervención facultativa. Las
dos designaciones sociológicas dieron y dan en el caso de la sociología
española salida epistemológica diferente a la situación que les precedió.
De epitafios y nacimientos
En
comparación con la sociología británica, la sociología española no dedicó tanta
atención a la desviación. Las conductas desviadas sociológicamente tratadas
nunca tuvieron en España días de gloria. Su deceso como disciplina académica no
se debe al éxito, a un pasado que en un principio fue de vino y rosas. Su
muerte hay que atribuirla al Plan Bolonia. Si la desviación como objeto de
estudio ha desaparecido, quiere decirse que, en uno y otro caso y a pesar de
las diferencias señaladas, estamos hablando de la expiración académica de una
disciplina. Desde una perspectiva material, toda muerte conlleva un cadáver.
¿Por qué debatir con un cadáver? Se pregunta Sumner; quiere diseccionar el
cadáver antes de que pueda revivir. En ese juego de metáforas que establece
Sumner, en el que él deviene cirujano que trocea la anatomía del cadáver, Rock
juega el rol del familiar que llora la desaparición y muerte del paciente
querido.
En
efecto Sumner afirma que se desentiende del mudo real y concreto de la oferta
de cursos de sociología de la desviación en universidades cuyos locus están situados y contextualizados
en ámbitos geográficos y culturales ajenos a UK. Las pautas de organización
socioacadémica cuyos enclaves quieren ordenar epistemológicamente la sociedad,
en España, no sería aplicable. Se observa que símbolos y metáforas, pero
también materialidades, comportamientos sociales e historia ni se solapan ni
coinciden. Sirven para diferenciar a España y a UK a la hora de interpretar la
desaparición de una disciplina designada sociología de las conductas desviadas
y su expiración académica en la Facultad de la UNED que la acogía.
Si
se parte de contextos históricos y simbólicos diferentes que tienen recorridos
que transcurren por diversas vías y se alcanzan el destino. En distintos años,
muy separados en el tiempo, la lectura española que se haga de ese proceso no
tiene que ser necesariamente coincidente con la inglesa, de itinerario
alternativo. Se prefiere seguir el camino que marcan los símbolos culturales
propios, su significación e interpretación por medio del uso recurrente de nuestra
historia más inmediata. Y más, si cabe, desde el momento que se acepta que el
sustrato ideológico, referenciado por
Sumner, acabó con la sociología de la desviación en el UK.
En
UK se dieron enfrentamientos teóricos, entre sociólogos y criminólogos, que en
su lucha buscaban posicionamientos hegemónicos. No en el caso español. Aquí no
solo no hubo ni hay combatientes que intenten conseguir una posición
hegemónica, sino que tampoco hubo ni hay combatientes para posiciones
secundarias y más subordinadas. Las Escuelas de Criminología en España, al
estar de siempre próximas o adheridas a las Facultades de Derecho, han tenido
competencias profesionales diferenciadas de las de los sociólogos, no dando
lugar a enfrentamientos con estos. Desde este proyecto no hay prisa alguna o
temor por la posibilidad de que el cadáver académico de las conductas desviadas
resucite. Si resucita, en todo caso, estaríamos ante la presencia de un Lázaro
muy diferenciado y desde luego no clónico en relación al que le precedió. Tanto
por razones de evolución histórica, como por transformación y cambio político,
social y cultural. Más que por revivir sociológico de la desviación, se aboga
por un nacimiento: la sociología de la diversidad.
Y en todo nacimiento
parte de la inexistencia. Las disciplinas académicas rememoran el itinerario
que el ser humano transita en su existencia. Como este que nace con la
intención de condensar en cuatro palabras, sociología
de la diversidad, os contenidos de su objeto de estudio y con la voluntad
de darle significación. El acto fundacional de la diversidad, como objeto de
estudio sociológico, se integraría en lo que se designa como sociología de las
ausencias. Para la sociología de la diversidad sexual se trataría de un acto
fundacional sui géneris, porque con anterioridad al SXIX, esto es, antes de su
medicalización, la sexualidad mostró, a lo largo de la historia y las
diferentes culturas, más que suficientes variantes sociales que evidenciaban su
diversidad. La medicalización de la sexualidad supuso la interpretación clínica
de las conductas sexuales, entendidas estas como actos realizados por
individuos aislados o al margen de la sociedad, individuos a los que
“consecuentemente” se patologizó. El reconocimiento de la diversidad sexual
como objeto de estudio de la sociología de la diversidad encaja perfectamente,
como el guante en los dedos de la mano, en el marco de la obviedad: la
constatación de la evidencia de las ausencias
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