En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, el compañero Víctor Riesgo Gómez y yo, realizamos los
resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad
y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus
autores.
Tomás Javier Prieto González:
Tema 1 Planteamiento de la sociología de
la diversidad // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y
alteridad // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la
conducta desviada // Tema 4 De la desviación y de la diversidad // Tema 6 Sociología de la diversidad // Tema 7 Antropología de la sexualidad y
discursividad // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el
cuerpo y el transgénero // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura,
transición y democracia española // Tema
10 Despsiquiatrizar el
transgénero Tema11 El transgénero en las sociedades
polinesias
Víctor
Riesgo Gómez:
Tema 5 Razones que justifican la
diversidad en sociología
Individuo y cuerpo
La tradición que hace
del individuo centro y de sus acciones fuerza liberadora tiene raíz filosófica.
Para Hegel, la libertad viene encarnada en la autonomía del acto individual;
para Nitzche la escapatoria a la opresión estriba en la acción del individuo
crítico. Las verdaderas fuerzas del cambio radican en las elecciones que
hacemos como individuos, las acciones que ellas ponen en movimiento y sus
consecuencias para los demás. El producto más característico de la tradición
humanista occidental es el individuo libre y autónomo. El transgenerista, en su
acción, como individuo encarnaría la “verdadera fuerza del cambio” y en cuanto
transgresor, que rechaza el sistema binario de géneros, operaría en la
“superficie de la historia”. El trasngenerista hace de su biografía centro.
Como individuo entiende su vida centralmente; hace de ella eje central, por
encima de cualquier otra autoridad.
El cuerpo incrementa su
cotización simbólica. El mapa corporal se hace capital en una doble acepción:
como fondo de riqueza e inversión y como referente de expresión del ego. El
cuerpo, en el mundo moderno, para muchos estudiosos, posibilita una base firme
para reconstruir un sentido del ego en el que poder confiar. Así, el
transgenerista confía más en su propia raíz individual, que le permite hacer de
su cuerpo una construcción autoimpuesta, autodirigida, que en un diseño
sobreimpuesto, sobre dirigido.
La cultura se forja en
la interacción de los cuerpos. La cultura transgenerista no comparte,
equitativamente, con otras voces culturales más integradas el marco social. Un
tropel de egos que parten den distintas direcciones, a veces opuestas, forman
la identidad múltiple y plural, o, lo que es lo mismo, las diferencias entre
los individuos.
El individuo, como actor
social y como sujeto discerniente práctico, ajeno a la polémica de psicólogos,
sociólogos o antropólogos, siempre ha sido autoproductor de vida y parte del
engranaje social. Es el científico, social o clínico quien, en ese “martilleo”
cultural, constructor de mundos, enfoca y desenfoca a otros individuos. El
científico, en su hacer, es quien encuadra y desencuadra. Parece que el
individuo ha perdido el sentido de aceptación de ciertos modelos, para
encontrarlo en pautas de expresión individual no sometidas a rígidos
protocolos. El sujeto de interés clínico que antes ocupaba su identidad, ahora
la hace pública, cargando de sentido, con “lógica de acción práctica”, su
proceder. El sujeto engranado en los social y empapado en su cosmos se
“abstrae” de él para proyectarse subjetivamente cada vez con más fuerza. El
transgénero no recurrente a dirigía genital es una de ella. La transexualidad
con cirugía de reasignación de sexo, otra. A su vez, el transgénero y la
transexualidad engloban individualidades concretas y diferenciadas. Lo
biográfico cobra mayor sentido. El individuo quiere sentir la cualidad.
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