En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, el compañero Víctor Riesgo Gómez y yo, realizamos los
resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad
y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus
autores.
Tomás Javier Prieto González:
Tema 1 Planteamiento de la sociología de
la diversidad // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad
// Tema 3 El finiquito de la desviación y de la
conducta desviada // Tema 4 De la desviación y de la diversidad // Tema 6 Sociología de la diversidad // Tema 7 Antropología de la sexualidad y
discursividad // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el
cuerpo y el transgénero // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la
disctadura, transición y democracia española // Tema 10 Despsiquiatrizar
el transgénero Tema11 El transgénero en las sociedades
polinesias
Víctor
Riesgo Gómez:
Tema 5 Razones que justifican la
diversidad en sociología
Instancias básicas e instancias de aplicación
En la década de los 80
hay un interés creciente, que con los años va tomando densidad, por los
estudios de sexualidad: los estudios de distintas tendencias coinciden en
afirmar que el registro antropológico de datos e información sobre sexualidad
está prácticamente ausente, es muy pobre.
1.
Para aquellos antropólogos que
siguen la línea que llamo “de instancias básicas”: para los que tienen un
interés genuinamente intrínseco en la investigación, porque teórica, conceptual
y epistemológicamente son conscientes de que no disponen de las herramientas
apropiadas que les permita preparar anticipadamente el trabajo de campo. De
omisiones, abstenciones y silencios sexuales, vengo llamando, en este sentido,
a es no hacer antropológico en sexualidad con anterioridad a los 80. No existe,
hasta entonces, la antropología de la sexualidad como especialidad
antropológica. Estos antropólogos clavan su mirada en dos frentes teóricas
ineludibles, ya que las consideran el punto de arranque referencial de la
sociología y la antropología de la sexualidad (y del género) que quiebran los
silencios y las ausencias precedentes.
2.
Para los antropólogos que
siguen patrones que llamo “de instancias de aplicación”: para los antropólogos
que se acercan al estudio de la sexualidad como consecuencia y
“desprendimiento” de su interés por el estudio del sida, porque a la hora de
extraer información sexual que les permita establecer puntos de partida y
elementos comparativos en sus investigaciones sobre la transmisión sexual del
VIH, se percatan de las carencias evidentes que existen en torno a las formas y
maneras de las conductas sexuales.
Los representantes de
esta corriente de investigación insertan dentro de una especialidad de la
antropología, reconocida como antropología médica: al asociar, de facto,
sexualidad y enfermedad asume unos principios biomédicos que el fenómeno sida
ha hecho resurgir y, en consecuencia, intensifica la medicalización de las
investigaciones sobre sexualidad.
Antropólogos sexuales y
antropólogos médicos coinciden en afirmar que la investigación de la sexualidad
ha sido obviada y necesita impulsarse. Vance, enfatizando la sexualidad desde
su perspectiva antropológica más reciente, apunta el “redescubrimiento de la
sexualidad por la antropología”.
Antropólogos sexuales y
antropólogos médicos, sin embargo, no concuerdan en el hecho de enfatizar,
señalar sin mayor énfasis o prescindir de la carga natural de la sexualidad.
Los antropólogos médicos, como bien señala Vance, son sensibles a los problemas
propios del etnocentrismo, conscientes del abanico de la diversidad humana y
antidogmáticos ante la pluralidad cultural ,pero cuando modelan conductas sexuales, reinventan lo que
esta autora llama “modelo de influjo cultural”.
Los representantes del
modelo médico redimensionado por el influjo cultural inciden en posturas de
análisis conductuales de la sexualidad cercanas a corrientes o perspectivas
epidemiológicas de tendencias positivista. En ese hacer, la sexualidad viene
determinada o fuertemente condicionada por la biología, por lo natural. A
través de una “fuerza” universal que en todas las sociedades y culturas, denominan
“impulso sexual”.
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