El reto de los nuevos movimientos. Russell J. Dalton,
Manfred Kuechler y Wilhem Bürklin (págs 19-45)
El primer
capítulo del libro Los nuevos
movimientos sociales.- Russel
J. Dalton y Manfred Kuechler (compiladores) es una especie de resumen
integrador de cada uno de los artículos que los compiladores Dalton y Kuechler
decidieron incluir en él, todos los cuales giran en torno al nacimiento de
nuevas corrientes de opinión y acción nacidas de la sociedad, al margen de
partidos políticos u organizaciones gubernamentales. Para ello, los
compiladores de la obra analizan varias perspectivas que nacen a partir de los
movimentos estudiantiles de los años 60. La libertad de expresión y los
derechos civiles son dos de los pilares sobre los que se asentaron estas nuevas
tendencias de opinión y acción. Sobre las inquietudes estudiantiles,
procedentes de la segunda mitad del siglo XIX se fue vertebrando un “nuevo
estilo de acción política a medida que los ciudadanos adoptaban un estilo más
perticipativo frente a los métodos tradicionales de representación”, según
citan los autores de este primer capítulo a Barnes, Kasse y a Jennings y Van
Diecht.
Por ello, en esta primera aproximación, los autores de la misma,
indican que estos movimientos nacen a comienzos de los años 70 del siglo XX en
Norteamerica y Europa, para en la actualidad, al menos la actualidad del
momento de redacción de esta obra, conformarse como “actores importantes y
combativos en la vida política de muchas democracias occidentales”.
En base a estos criterios, se establecen algunas líneas generales de
los nuevos movimientos sociales, desde su inicio histórico hasta su puesta en
marcha actualizada: éstas son las de los movimientos ambientalistas, feministas
y por la paz, influidas en mayor o menor medida por tendencias ideológicas
cercanas a la nueva izquierda.
Por lo demás, este primer capítulo repasa la vigencia y permanencia de
estos movimientos en los países del norte de América y Europa, buscando en el
viejo continente el germen, concretamente en Alemania, de la propia definición
de “nuevos movimientos sociales”. Algunos factores político sociales de la
segunda mitad del siglo XX en este país desencadenaron la organización no
estructurada de los mismo, como por ejemplo la cuestión de misiles de la OTAN,
cambios en los movimientos obreros, etc… en América otros factores como la
lucha del feminismo o por la paz.
“Los movimientos sociales desafían el orden político contemporáneo en
distintos frentes”, y a partir de esta premisa se establece el estudio general
sobre el que gira este libro, incluso alguno de sus autores indica que son tan
necesarios que de no producirse el orden democrático podría llegar al colapso
(Huntington).
El resumen de la obra, implícito en este capítulo introductorio se
podría resumir en la cita “Este volumen se centra en este debate hoy en curso
acerca del significado de los nuevos movimientos sociales en relación con los
fines y con la vida política de las democracias industriales avanzadas. La
evolución reciente del movimiento ambientalista moderno, de los grupos
feministas y del movimiento por la paz dificulta lograr una perspectiva sobre
las implicaciones reales de estos movimientos”, y acaso los capítulos que
conforman la obra trate de facilitar el entendimiento de esta perspectiva.
A partir de aquí, este primer capítulo desglosa cada uno de los
siguientes, desde los primeros intentos de explicar los movimientos estudiantiles
de los años 60 para llegar a explicar que “los nuevos movimientos sociales
representan un cambio cualitativo tanto en los fines políticos como en el
modelo de representación popular”.
Un primer subcapítulo de esta introducción explica el “contraste entre
los nuevos movimientos y los viejos”, haciendo referencia a las diferencias
entre idelologías, orígenes, estructura, estilo y finalidades y distinguiendo
los nuevos movimientos –estudiantiles, por la paz, feministas, sociales- de los
viejos –obreros y campesinos.
En cuanto a la ideología se desprende que los nuevos movimientos
trabajan por conseguir mayor atención a los aspectos culturales y a la calidad
de vida; en cuanto a la base de apoyo, todo aporta en la circunstancia de que
los viejos movimientos sociales nacieron como vehículo para dar voz a aquellos
que no la tenían, causa que se extendió a los nuevos. Entre las motivaciones
para participar en ellos se desprende que “la opinión generalizada es que las
motivaciones de quienes participan en los nuevos movimientos sociales son
finalidades ideológicas y la lucha por los bienes colectivos y no un estrecho
interés particular”.
En cuanto a las estrcuturas organizativas de estas nuevas tendencias
se explica que se basan en sistemas descentralizados, abiertos y marcadamente
democráticos; por su parte el estilo político radica en la preferencia de
influir en las decisiones políticas a través de presiones y el peso de la
opinión pública en lugar del modelo político tradicional, más basado acaso en
la dialéctica.
Por lo demás, en esta
primera aproximación se recorren los capítulos posteriores, haciendo hincapié,
como ya hemos apuntado en los orígenes, convergencia de múltiples factores que
dieron lugar a estas nuevas “mareas”,
movimiento por la paz, las mujeres, diferencias concretas entre nuevos y
viejos, nuevos partidos políticos y resultados y pronósticos de futuro de estos
movimientos.
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