En la asignatura de Fundamentos de Ciencia Política II: Sistema Político español del segundo
cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos
compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía
obligatoria Sistema político español
de Andrés de Blas Guerrero et alia.
UNED 2010. Derechos reservados, sus autores.
1. Aproximación a la historia
constitucional y al sistema político español: Tomás Javier Prieto González // 2. Los valores y principios de la
Constitución de 1978: Yolanda Díez Suárez // 3. La estructura
político-institucional española: Helena Cabal Cuesta - epígrafes 1, 2,
3 y 4 María Jesús Serrano Narváez -Epígrafes 5, 6 y 7 // 4. El Estado Autonómico: Sara González Galan
2.3 La organización territorial del
Estado durante el franquismo.
Las
declaraciones autonómicas de Cataluña, PV y Galicia fueron utilizados como
argumento por parte de los grupos opuestos para justificar la conspiración
militar que llevaría a la guerra civil. Frente a una España que se rompe, el
bando franquista se alzaba con una nueva España que hacía de su unidad una de
sus señas de identidad. Cuando acabó el conflicto no se conservó la intención
de promover ningún tipo de identidad regional.
El
centralismo radical se impuso hasta el final de la dictadura con un modelo de
inspiración francesa. Trata de articular un absolutismo estricto dependiente
del centro y que, en segundo lugar, generalizase las estructuras del Estado
liberal. Franco, que despreciaba el liberalismo, quería acabar con sus
representantes que eran responsables de la desintegración, el decrecimiento y
el desorden.
El
modelo centralista del franquismo se apoyaba en la división provincial. A través
de gobernadores civiles y militares se tomaban decisiones desde el centro y se
transmitían a las provincias. Las regiones sólo se usaban como identidades
folclóricas como parte de la riqueza cultural del país, en ningún caso con
fines políticos o de organización administrativa.
2.4. El debate constituyente en la
Transición.
La
transición fue una transformación pacífica y consensuada del régimen
dictatorial por uno democrático cuya forma política es la Monarquía
parlamentaria. La crisis del franquismo finalizó con la muerte del general y la
apertura de un proceso entre miembros del anterior régimen y sectores opuestos.
Entre
los asuntos abordados, cabe destacar la crisis económica internacional que añadía
dificultades a la resolución de las cuestiones políticas, la presión de las
Fuerzas Armadas y la necesidad de llevar a cabo una reforma territorial política
y administrativa que llegaría con el actual Estado de las Autonomías. El cambio
político culminaría con la redacción de un texto constitucional ampliamente
aceptado.
El
modelo del franquismo hizo evidente la necesidad de un nuevo modelo territorial
que nación en los ochenta denominado Estado autonómico el cual se encuentra a
medio camino entre el Estado unitario y el Estado federal. El texto
constitucional lo define como la apertura de un proceso histórico con el que el
Estado puede desarrollar su vocación o pretensión descentralizadora.
El
impulso fundamental para la transformación de la estructura centralista de la
distribución del poder provino de las comunidades históricas vasca y catalana.
Algunos afirman que la definición de un movimiento nacionalista no se produjo
hasta avanzado el siglo XIX, otros afirman que hay que hacer referencia a la
escasa vertebración de España durante siglos. Los dos objetivos principales de la nueva organización
territorial eran dar satisfacción a las aspiraciones de autonomía de ciertos
territorios y utilizar la descentralización política como palanca para realizar
la reforma y la modernización de las viejas estructuras estatales del pasado
dejando de lado un modelo de Estado unitario.
Tampoco
se inclinó por un modelo de Estado federal ya que en su contra operaban
diversos motivos como el rechazo hacia el modelo por amplias capas de la
sociedad pues lo identificaban como el desorden y el cantonalismo de la primera
República. Además, se atenía la totalidad de la derecha y algunos importantes
sectores como el ejército y buena parte de la burocracia. Una segunda razón era
la desigualdad del sentimiento autonomista. Por último, existía una razón
funcional: la sustitución de la Administración por un sistema organizativo
nuevo tenía una serie de riesgos que parecía mejor no correr.
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