viernes, 25 de octubre de 2013

Resúmenes Cambio Social II Parte 13


En la asignatura de Cambio Social II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.

1- Los movimientos sociales como fuerzas de cambio “Sociología del cambio social” de Sztompka, capítulo 19, pp. 303 a 330. Tomás Javier Prieto González // “Las revoluciones: la cumbre del cambio social” de Sztompka, capítulo 20, pp. 331 a 350. Tomás Javier Prieto González 2- Los movimientos sociales: principales teorías Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación (Funes/Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 1, pp 21 a 58) // Tomás Javier Prieto González // El estudio del contexto político a través de la protesta colectiva. Participación y democracia (Adell, en Funes/Adell, capítulo 3, pp 77 a 108). // Julia Ortega Tovar Participación y democracia: Asociaciones y poder local (Brugué/Font en Funes/Adell, capítulo 4, pp 109 a 132). Julia Ortega Tovar 3- Los nuevos movimientos sociales en el contexto histórico y de la mundialización Génesis y desarrollo de los movimientos sociales desde una perspectiva histórica. El movimiento obrero (Pastor, en Funes/Adell, capítulo 2, pp 59 a 76). Tomás Javier Prieto González // La dimensión individual en la acción colectiva (Funes, en Funes/Adell, capítulo 8, pp 225 a 254). José Antonio Puig Camps // Los movimientos antiglobalización (Ibarra/Martí, en Funes/Adell, capítulo 10, pp 285). José Antonio Puig Camps 4- Estudios de caso y campañas Dimensión simbólica y cultural del movimiento feminista (Robles/de Miguel, en Funes/Adell, capítulo 5, pp 133 a 162). Víctor Riesgo Gómez // Identidad colectiva y movimiento gay (Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 6, pp 163 a 190) //  Javier Hermoso Ruiz Organización y estructura del movimiento ecologista (Jiménez, en Funes/Adell, capítulo 7, pp 191 a 224). Blas García Ruiz

1.1.        Teorías de la identidad

Según Pizzorno un individuo no puede realizar un cálculo racional preciso de los costes de la participación, dado que le es imposible anticipar cuáles serán los beneficios que de ella obtendrá en un futuro, puesto que no es posible asegurar que sus criterios de valoración van a permanecer inmutables a lo largo del tiempo: nunca existe la certeza necesaria para un cálculo en términos exclusivamente racionales, dado que l apercepción de la eficacia varía a lo largo del tiempo. El individuo no puede comparar los costes actuales de su participación con los beneficios, que previsiblemente no serán inmediatos, dado que cada “yo” está compuesto por una retahíla de yoes que se van sucediendo en una secuencia temporal y que se superpone a la interacción con otros yoes en el momento presente. Esto supone entender a cada persona como un yo en evolución permanente, lo que dificulta una exacta evaluación de preferencias en términos estrictamente racionales.

Pizzorno considera que la incertidumbre de este cálculo individual se supera parcialmente por la seguridad que aporta el “reconocimiento colectivo” derivado de la participación en una asociación, términos de prestigio, respeto, amistad, afecto, honor, etc.; entramos en el campo de la formación de identidades colectivas. Para que una persona decida participar, puede ser objetivo suficiente la posibilidad de formar su propia identidad, implicándose en una identidad colectiva que le resulta sugestiva, donde la asociación concreta actuará como círculo de reconocimiento. La participación de algunos sujetos que no se entiende desde la fórmula de maximización de beneficios cobra sentido desde esta perspectiva.

En este paso de identificación con el grupo se subraya como elemento fundamental: los límites de la participación vienen marcados por los límites de la identificación con el grupo. Para Klandermans la identificación grupal es la imagen de la identidad colectiva del grupo proyectada en el individuo. No puede construirse una identidad colectiva sin que los individuos se identifiquen con el grupo y participen activamente en la fabricación de esa identidad compartida.

1.2.        Interaccionismo simbólico, construcción social de la protesta y análisis de marcos

Algunos autores denominan sociología creativa; engloba aportaciones de un conjunto de enfoques teórico-metodológicos que van desde la sociología fenomenológica y cognitiva a las sociologías interpretativas y de la vida cotidiana (Schütz, Mead, Garfinkel). Se pretende revalorizar l aimportancia del sujeto y de la intersubjetividad. Los seres humanos no están meramente determinados por los hechos o las fuerzas sociales; están constantemente dando forma y creando sus propios mundos sociales en interacción con otros; que de esta constante definición y recreación provienen los motivos colectivamente construidos y vividos por los que los sujetos orientan su acción; y que se requiere métodos especiales para el estudio de estas “empresas sociales creativas”.

Mead, Blummer, Turner y Killiam llamaron la atención sobre el hecho de que las interpretaciones y significados atribuidos a la realidad son fruto de la interacción y comunicación entre individuos; son el resultado de sus relaciones y mutuas influencias en diversos contextos sociales. En el espacio intersubjetivo de interacción y comunicación las personas van construyendo socialmente la “realidad” y las distintas interpretaciones de la misma. Lo significativo para la acción será la manera en que estos agentes perciban, definan, e interpreten estos condicionamientos y el significado que, subjetiva e intersubjetivamente, otorguen a las posibilidades y limitaciones que poseen para intervenir.

Berger y Luckmann quienes desde la sociología del conocimiento, abrieron el camino para un nuevo paradigma teórico. Esta perspectiva construccionista ha sido desarrollada y aplicada a ámbitos de estudio diversos como la sexualidad, las identidades políticas o los movimientos sociales. La etiqueta de “construcción social” se ha convertido en un paraguas teórico bajo el cual se cobijan una pluralidad de enfoques que coinciden en destacar la naturaleza social de los procesos de significación, interpretación y construcción de significados, puesto que tienen lugar en la interacción entre los individuos. Ésta es la razón por la cual su aplicación al análisis de los movimientos sociales se conceptualiza como construcción social de la protesta. Desde esta perspectiva sociopsicológica aquello que los movimientos sociales definen como “problema” es el resultado de procesos de definición colectiva de la situación, que cristaliza en situaciones “etiquetadas” como problema. Los problemas, carencias o de mandas no son susceptibles de protesta por el mero hecho de su existencia objetiva, no ha “hechos daos”. Los tiempos cambian y con ellos nuestra forma de percibir y valorar la realidad: la definición de la realidad que podíamos considerar algo “objetivo”, no es más que la interpretación subjetiva de los eventos acorde con las condiciones coyunturales de espacio y tiempo. Por ello hablamos de definición de la situación, resaltando que la objetivación de motivos para la movilización es una construcción social. Este enfoque viene a completar las distintas perspectivas teóricas sobre los movimientos sociales al adoptar como tesis subyacentes que la movilización depende de la forma en que se enmarcan las diversas variables y del grado en que éstas ee relacionan con los objetivos de la movilización.

Lo que se está proponiendo es prestar atención a la forma en que los suhetos traducen las condiciones macroestructurales en predisposiciones individuales para la movilización: los movimiento son considerados como agentes productores de significado, comprometidos en al construcción de sentido en competencia con otros actores sociales; aquí la relevancia que adquieren para su estudio los elementos culturales, ideológicos y simbólicos. Los movimientos destacan algunos aspectos de la realidad sobre otros, les asignan significado, y definen como problemáticas determinadas situaciones sociales con la finalidad de movilizar a sus antagonistas. Por marco de acción colectiva se entiende un “esquema interpretativo” que simplifica y destaca una realidad social, y que integra un conjunto básico de creencias y significados orientados a la acción que inspiran, legitiman y posibilitan sus actividades y campañas. Animando así a la protesta. Por medio de una atribución de responsabilidades y de la articulación de propuestas alternativas, los movimientos sociales consiguen dar sentido al mundo social de los participantes.

Hunt, Benford y Snow señalan tres tareas fundamentales a realizar por las organizaciones de los movimientos en la construcción de marcos para la movilización colectiva, mediante:

       1)      Marcos de diagnóstico, donde se definen determinados acontecimientos o situaciones como problemáticas y susceptibles de cambio, se señalan ciertos agentes sociales como responsables de haber causado el problema y se les adjudica el rol de antagonistas. Todo esto se concreta en dos marcos interpretativos especializados:

·      Marco de identidad: define un “Nosotros” agraviado.
·      Marco de injusticia: debe concretar uno “otros” oponentes (antagonistas), responsables de la injusticia percibida.

       2)      Marco de pronóstico, establece propuestas para corregir esa situación problemática especificando qué debería hacerse y quién tendría que hacerlo: objetivos específicos, tácticas y estrategias a seguir.
       3)      Marcos de motivación, a través del cual los movimientos se enfrentan al objetivo de concienciación de sus seguidores al establecer los motivos adecuados que justifican la acción a favor de una causa.

Se procede así a la “movilización de la acción”: la implicación de las personas que comparten una identidad colectiva en la acción conjunta. Para ello se desarrollan los:

·      Marcos especializados de eficacia que implica la creación y difusión entre los potenciales activistas y simpatizantes de creencias sobre la eficacia de la movilización: es que la acción colectiva depende de expectativas anticipadas de éxito o fracaso. Si las personas actúan de manera colectiva es en parte porque creen que su acción será eficaz, que el cambio al que aspiran es posible, pero que no sucederá si no tiene lugar la acción colectiva.
·      Marco de costes/beneficios permite indagar cómo influyen el discurso del movimiento y el contexto afectivo-normativo en que se desenvuelve el individuo, es su percepción de los costes y beneficios asociados a la participación.

La teoría de la construcción social de la protesta y el análisis de marcos resultan adecuados, no sólo para analizar la dimensión individual de la movilización, sino también para delimitar los aspectos culturales de la protesta, dada la centralidad de la actividad simbólica en la configuración de los marcos de significado y en el diseño de las identidades.



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